George Grosz
George Grosz fue un pintor comprometido ideológicamente, un agitador que usaba el arte como arma en la convulsa Alemania de las primeras décadas del siglo XX. Estudió en la Akademie für Bildende Künste de Dresde entre 1909 y 1911, en la Kunstgewerbeschule de Berlín y, por último, en la Académie Colarossi de París en 1913. Su carrera comenzó como caricaturista dentro de un estilo de fuerte crítica social, tendencia que se vería agudizada a raíz de las traumáticas experiencias vividas durante la Primera Guerra Mundial. En 1917 fundó, junto a los hermanos John Heartfield y Wieland Herzfelde, la editorial Malik, dedicada a la publicación de libros y revistas de carácter subversivo, donde Grosz publicó numerosos dibujos y algunos escritos, que le llevaron, en ocasiones, frente a la justicia. De 1917 a 1920, empujado por su desencanto hacia la sociedad que le rodeaba, se unió al grupo dadaísta de Berlín y participó junto a Heartfield y Otto Dix en la Erste Internationale Dada-Messe de 1920. Poco después se convertiría en el principal protagonista de la Neue Sachlichkeit (nueva objetividad).
Durante la década de los años veinte su estilo artístico expresó su disgusto por la Alemania de la posguerra. La moderna metrópoli se convirtió en el tema recurrente de su obra y, como un Bosco contemporáneo de incisivo tono crítico y agudo sentido de la observación, plasmó su entorno en obras con una intención moralizante. Fue quizá el artista que mejor supo hacer una crónica fidedigna del Berlín de los años veinte. Hoy en día, una de las principales imágenes que tenemos de la Alemania de la República de Weimar es la que nos ha dejado Grosz con sus mordaces caricaturas y la captación magistral de la vida de las calles berlinesas.
Su fama comenzó a extenderse a nivel internacional y pronto sería reconocido como uno de los principales artistas alemanes. En 1925 Alfred Flechtheim se convirtió en su marchante y en 1932 fue llamado por la Art Students League de Nueva York como profesor invitado. En 1933 se instaló definitivamente en los Estados Unidos, tras la llegada al poder del partido nacionalsocialista, si bien volvería a Berlín poco antes de morir. En 1938, al verse privado de su pasaporte alemán, adoptó la ciudadanía norteamericana.