Treinta y tres muchachas salen a cazar la mariposa blanca
1958
Óleo sobre lienzo.
137 x 107 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
537
(1971.8
)
No expuesta
En 1958 Max Ernst obtuvo la nacionalidad francesa. Cinco años antes, el pintor y su cuarta mujer, la pintora americana Dorothea Tanning, habían regresado a Francia y entre 1955 y 1964 residieron en Huismes, cerca de Chinon, donde fue pintado este óleo titulado Treinta y tres muchachas salen a cazar la mariposa blanca, perteneciente desde 1971 a la colección Thyssen-Bornemisza. En esta explosión luminosa, Ernst recupera la técnica del grattage, que había practicado desde los años veinte. Con una espátula ha aplicado pequeños trazos rasgados que se multiplican prácticamente en toda la superficie del lienzo y que producen un efecto abstracto. Como ha resaltado Werner Spies, al aplicar ahora este procedimiento, el artista concede un mayor énfasis a la textura, lo que demuestra que a partir de los años cincuenta su pintura se contagió de las técnicas automáticas del tachismo y el art informel.
Con motivo de su exposición en la Galerie Creuzevault de París en 1958, donde se expuso este lienzo, Max Ernst publicó cinco poemas en prosa entre los que se encontraba el titulado «Présence d’Alice», en el que aparece una referencia explícita al contenido simbólico del cuadro: «En el cruce de dos señales, una de una escuela de arenques y la otra de una escuela de cristales, treinta y tres niñas salen en busca de la mariposa blanca, los ciegos danzan en la noche, los príncipes duermen mal y el noble cuervo toma la palabra».
Paloma Alarcó
Con motivo de su exposición en la Galerie Creuzevault de París en 1958, donde se expuso este lienzo, Max Ernst publicó cinco poemas en prosa entre los que se encontraba el titulado «Présence d’Alice», en el que aparece una referencia explícita al contenido simbólico del cuadro: «En el cruce de dos señales, una de una escuela de arenques y la otra de una escuela de cristales, treinta y tres niñas salen en busca de la mariposa blanca, los ciegos danzan en la noche, los príncipes duermen mal y el noble cuervo toma la palabra».
Paloma Alarcó