Los argonautas abandonan la Cólquida
Esta pequeña tabla formó parte de la decoración de un cassone o arcón nupcial. El mueble, según una antigua descripción, tenía en su frente tres escenas separadas por pequeñas columnas. Esta información se conoce por un inventario de 1638 de la colección Vincenzo Giustiniani, en el que estaba registrada una pareja de muebles con este asunto atribuidos, según el documento, a Ercole da Ferrara. La tabla del Museo Thyssen-Bornemisza formó parte después de una colección privada en Bruselas, y más tarde de la de F. B. Gutmann, en Heemstede, y acabó en Villa Favorita en 1934. La pintura, un año antes de pertenecer a la colección Thyssen-Bornemisza, había sido expuesta por vez primera en una muestra celebrada en Ferrara dedicada a la pintura del Renacimiento, aunque, con anterioridad, ya había sido objeto de estudio por parte de Berenson, que la atribuyó a Ercole de’Roberti. Desde entonces, tanto el autor de la tabla como los otros episodios que decoraron los cassoni y que se consiguieron identificar, han sido motivo de desacuerdo entre los historiadores. La atribución de nuestra pintura a Ercole de’Roberti fue ratificada por Venturi, Salmi y Longhi y rechazada por Manca y Molteni.
La escena ilustra uno de los episodios de la historia de los argonautas de las Metamorfosis de Ovidio (libro VII). Los argonautas, héroes griegos, acompañaron a Jasón en una empresa colectiva cuyo objetivo era encontrar el vellocino de oro. El nombre con el que se conoce a este grupo deriva del barco que los transportó en su aventura, conocido como Argos, y que también se asocia al nombre del constructor de la nave. El tema del Museo Thyssen-Bornemisza recoge el momento en que Jasón, con Medea, hija del rey Eetes, abandona la Cólquida, después de conseguir el vellocino de oro que custodiaba un dragón, y tras superar antes una serie de pruebas en las que el héroe contó con la inestimable ayuda de Medea.
La tabla, que ha sido cortada en la zona superior y en el lateral derecho, presenta el Argos, una coca de casco abarquillado, y a los protagonistas de la historia cuando abandonan tierra firme. El paisaje que envuelve a la embarcación es homogéneo en su trazo y en su colorido, y en él se funden el cielo y el mar con las escasas referencias naturales de los alrededores. Esta unidad en las proximidades de la gran barcaza produce un efecto fantástico que hace que la nave, en vez de navegar por el mar, parezca que lo hace a través del cielo. El pintor ha reservado los tonos más cálidos y contrastados para los elegantes y sofisticados trajes que visten sus menudos personajes.
Otras tablas que decoraron los cassoni de la colección Giustiniani y que han podido identificarse son dos fragmentos, uno con La batalla de los argonautas en la colección Rucellai de Florencia y el otro con Dignatarios de una corte, que perteneció a la colección de Peter Wilson; Jasón y el dragón, que formó parte de la colección londinense de Houstoun- Boswall; La expedición de los argonautas, en el Museo Civico de Padua y Un banquete en la corte, en París, en el Musée des Arts Décoratifs. Estas escenas se han asignado a varios artistas, entre los que se encuentran, junto a Ercole de’Roberti, Lorenzo Costa y un maestro anónimo.
Mar Borobia