Venus y Cupido
Rubens fue el más importante de todos los pintores flamencos, así como un genuino representante del movimiento barroco. Venus y Cupido es una de las copias que el artista realizó de Tiziano, tomando el tema de un cuadro del maestro italiano, hoy perdido, que formó parte de las colecciones reales españolas. Destacan dos detalles significativos: el brazalete de perlas y el anillo del meñique izquierdo de Venus, ambos presentes en la obra de Tiziano. Una versión original muy próxima a esta pintura del italiano se conserva en la National Gallery de Washington, y otra del maestro flamenco en la colección Liechtenstein de Vaduz. Características propias y diferenciadas del estilo del pintor son su refinamiento y su dominio del color.
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Del segundo viaje a España de Rubens, en 1628-1629, Francisco Pacheco dejó un llamativo comentario en su obra El arte de la pintura, en el que, entre otros asuntos, mencionó algunas de las actividades del pintor flamenco en la corte de Madrid. Pacheco a este respecto nos comenta «que copió todas las cosas de Tiziano que tiene el Rey, que son los dos baños, la Europa, el Adonis y Venus, la Venus y Cupido, el Adam y Eva y otras cosas». La presencia de una pintura de Tiziano con Venus y Cupido, pero esta vez con una breve descripción, está recogida en el testimonio de Cassiano dal Pozzo, en 1626, cuando visitó el antiguo Alcázar de Madrid, concretamente los apartados de verano del rey. Un inventario de pinturas fechado en 1636 en el Alcázar y realizado por orden de Felipe IV, cuando Simón Rodríguez pasó a hacerse cargo de las pinturas del Guardajoyas, sustituyendo a Juan Gómez de Mora, nos da una descripción más exacta del óleo colgado en el dormitorio del rey, en el cuarto bajo de verano: «Una pintura al óleo, de una Venus, los pechos desnudos, con ropa de levantar, carmesí, con brazalete de perlas en la mano derecha, y en dedo pequeño a la izquierda un anillo y Cupido delante de ella, desnudo con un espejo en que ella se está mirando, es de mano de Ticiano y tiene moldura dorada y negra». Este original de Tiziano fue propiedad de Felipe II y está registrado en los inventarios del antiguo Alcázar madrileño, sobreviviendo al incendio del edificio en 1734, pero desapareciendo durante la Guerra de la Independencia. La descripción que el inventario de 1636 nos da de esta obra de Tiziano se ajusta con exactitud a la composición de Rubens. Así, Venus viste una camisa blanca, cubierta parcialmente por un manto carmín. La diosa, que se cubre un pecho con las telas, se mira en un espejo que sostiene un Cupido que ha abandonado momentáneamente su trabajo con el arco y las flechas que descansan a su lado. Sin embargo, en esta descripción del inventario de 1636, hay dos detalles significativos que se perciben claramente en la composición de Rubens: el brazalete de perlas que Venus luce en su brazo derecho y el anillo de su meñique izquierdo. De este diseño de Tiziano se conserva una versión original en la National Gallery of Art de Washington, que presenta algunas diferencias con nuestro lienzo, como la inclusión de un segundo Cupido que va a coronar a Venus con flores, y otras disimilitudes en las telas que cubren a la diosa, en la posición del Cupido que sostiene el espejo y en varios elementos de la puesta en escena.
La pintura del Museo Thyssen-Bornemisza también se ha identificado con uno de los óleos que figuraban en el inventario de los bienes del artista realizado a su muerte en 1640, aunque, en este caso, se ha mencionado también la posibilidad de que esta composición del inventario de Rubens fuera la tabla con el mismo tema, conservada en la colección Liechtenstein de Vaduz. En esta obra de la colección Lichtenstein, Rubens reelaboró el episodio presentándonos a una Venus de espaldas cuyo rostro vemos, de más de tres cuartos, en el espejo que sostiene Cupido. En este inventario de 1640 aparecen once copias de Tiziano hechas por Rubens en España, Italia y otros lugares.
La datación de esta pintura ha sido conflictiva, pues mientras Burchard consideró que no pudo pintarse después de 1615, Held supuso que difícilmente puede situarse en la producción de Rubens antes de 1620. Gaskell, con estos datos y tras un minucioso análisis de los mismos, sugirió que tal vez la obra, realizada hacia 1606-1611, pudo inspirarse en un original de Tiziano que Rubens quizá conoció en Italia o en Amberes. En esta misma línea se expresó Rosenbaum en el catálogo de la gira americana de la colección Thyssen-Bornemisza entre 1979 y 1981.
La pintura ingresó en la Colección en 1957 procedente de la galería de arte Antiquitäten and Gemälde, en Hergiswil. En 1956 estuvo expuesta en Nueva York, en la galería Rosenberg and Stiebel.
Mar Borobia