La expulsión de Agar
Jan Mostaert fue un pintor de reconocido prestigio. En su repertorio sobresalen los retratos y las obras religiosas. Entre sus rasgos más sobresalientes destaca la minuciosidad con la que trabajó los detalles, en conexión con la iluminación de manuscritos. El paisaje solía ocupar el fondo de sus composiciones, y en él se evidencia una clara influencia de Joachim Patinir. Esta obra en concreto es un buen ejemplo de la capacidad narrativa de Mostaert, que incluye en la pintura varias escenas de una misma historia, en este caso la expulsión de Agar tal y como se relata en el Antiguo Testamento. En la imagen principal aparece Abraham en el momento de despedir a Agar y al hijo de ambos, Ismael. Tras este, se suceden los episodios que dan continuidad al relato. A la izquierda vemos a Sara, mujer de Abraham, mirando desde la puerta de su casa la expulsión, de la que fue instigadora. A la derecha se representan diferentes momentos del viaje de Agar, como la aparición del ángel que les facilitará agua para beber y a lo lejos en lo alto de una colina, el sacrificio de Isaac, hijo de Abraham y Sara. El tema de la expulsión de Agar gozó de mucha popularidad en los Países Bajos en los siglos XVI y XVII.
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La expulsión de Agar, tema que Jan Mostaert presenta en primer plano, es un episodio que, al igual que las escenas secundarias que acompañan a las figuras principales, tiene su fuente en el Antiguo Testamento. Según el texto, Sara, esposa del patriarca Abraham, no podía tener descendencia. Por este motivo, la mujer ofreció a su marido, que tenía entonces ochenta y seis años, a su esclava egipcia Agar, con el fin de que ella pudiera concebir un hijo de él. Agar dio a luz a Ismael y a partir de este momento empezó a mirar a Sara con desprecio. Sin embargo, Sara logró concebir en la ancianidad de Abraham un hijo al que pusieron por nombre Isaac. El día que destetaron a Isaac hubo un gran banquete en el que Ismael no tuvo un comportamiento correcto, motivo este por el que Sara pidió a Abraham que le echara de su casa junto con su madre. Abraham, para el que esta decisión era dura, siguió la voz de Dios, que le ordenó que hiciera lo que su esposa le había pedido. Abraham, al día siguiente por la mañana, cogió pan y un odre de agua que dio a Agar y los despidió. Esta escena es la que Mostaert reproduce en primer término con las figuras de cuerpo entero. A la izquierda, aparece el patriarca vestido con gran dignidad y con una cuidada barba recortada rectangularmente; a su lado, Agar, con el cántaro del agua y los panes en el delantal; por último, Ismael, que porta un cayado y es cogido de un brazo por su madre. La primera escena secundaria, que antecedería a ésta, es la que se desarrolla delante de la casa bajo la mirada de Sara, que asoma por la puerta. En ella los dos muchachos se están peleando con palos, siguiendo en este caso el relato de los apócrifos, donde se cuenta que Ismael había golpeado con gran dureza a Isaac. La historia continúa en el desierto de Berseba, cuando a Agar y a Ismael se les acaba el agua, echándose Ismael bajo un árbol y sentándose Agar más alejada para llorar su pena. En ese momento apareció el ángel de Dios, que le hizo ver un pozo donde llenó el odre para dar de beber al niño. Estas tres escenas están detalladas en el fondo, a la derecha, donde el pozo se ha convertido en un manantial. En el último episodio, madre e hijo continúan su camino. Mostaert remata su relato incluyendo en lo alto de un monte el sacrificio de Isaac.
Las dotes narrativas de Mostaert se confirman en esta obra, que fue considerada por Friedländer un trabajo característico y significativo del pintor. A la facilidad para contar la historia, Mostaert une su talento como paisajista, insertando las figuras en un entorno que difiere bastante de la noción que entendemos por desierto, y en él se dan cita los más variados animales y elementos con llamativas asociaciones, como la puerta que se abre en una loma, a nuestra derecha, y que nos muestra un camino. Ebbinge-Wubben destacó el detalle con que el artista dibujó todos los elementos de esta vista y señaló, por representar características especificas del pintor, el sendero, las figuras pequeñas de las escenas secundarias y la tipología de las nubes, blancas y alargadas. La expulsión de Agar fue un tema que se representó en Holanda durante el siglo XVII y que cuenta con ejemplos relevantes en el XVI, como los grabados de Lucas van Leyden o la pintura conservada en la Gemäldegalerie de Viena de un anónimo holandés, que estuvo atribuida a Cornelis Engebrechtsz.
Mar Borobia