31 de diciembre: abrimos de 10:00 a 15:00. 1 de enero: museo cerrado.

Robert Campin fue un pintor de reconocido prestigio en su época y de su taller salieron importantes pintores como Jacques Daret y Rogier van der Weyden. A él se debe, junto a Jan Van Eyck, el surgimiento de un nuevo modo de representar la realidad, alejado completamente de la visión del gótico internacional. El retrato del Museo Thyssen-Bornemisza sigue la línea abierta por otros pintores flamencos, en la que los donantes, que aparecían como espectadores de las escenas religiosas en los retablos, cobran importancia por si mismos y se convierten en únicos protagonistas de las obras. Nuestro personaje abarca por completo el espacio, destacando sobre un fondo claro, restringido al máximo. Sus rasgos están ejecutados con gran realismo y minuciosidad, puesto que esta pintura se pensó para contemplarla a corta distancia. Hulin de Loo identificó a nuestro retratado con Robert de Masmines, relacionándolo con un personaje que aparece en un dibujo atribuido a Jacques Leboucz en el Recueil d’ Arras, aunque se advierten pocas semejanzas con nuestra obra. Existe otra versión de este retrato, conservada en la Gemäldegalerie de Berlín.

 

Siglo XVs. XV - Primitivos neerlandesesPinturaÓleotabla
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