Dos madres con sus hijos en brazos
Dos madres con sus hijos en brazos, otro de los dibujos perteneciente a la serie dedicada a los refugiados durante los bombardeos alemanes de Londres, trata uno de los temas más recurrentes de toda la producción de Henry Moore: la maternidad. Desde su primera Madre con niño, de 1924-1925, una escultura en piedra de gran formato, este motivo se convertiría para él en una obsesión. La plasticidad del grupo de esta pequeña obra sobre papel, formado por dos madres con sus niños en el regazo protegiéndolos con sus mantos, y la sinuosidad orgánica de las formas, están en total sintonía con su obra escultórica. La relación entre lo interno y lo externo, otra de las inquietudes formales permanentes de Moore, convierte estas escenas de refugio en antecedentes inmediatos de su escultura Madonna con niño, que realizó para la iglesia de Saint Matthew en 1944.
En esta imagen de protección y desamparo, los rostros, en especial el de la figura situada a la derecha, convertidos en verdaderas calaveras, son, tal y como ha apuntado John Russell, una alegoría de la humanidad sufriente, y las oquedades que forman los paños actúan como una metáfora del claustro materno. En esta línea, Erich Neumann consideraba que estos dibujos visionarios le otorgaron a Moore, un artista que dedicó todas sus energías creativas a la figura humana, «una oportunidad única de contemplar la imagen del arquetipo femenino como refugio en la tierra».
El dibujo está realizado con una técnica mixta de tinta, lápiz de cera y acuarela que había comenzado a utilizar poco antes del comienzo de la guerra: «La experimentación con lápices de cera y acuarela te demuestra muchas posibilidades de esta técnica».
Paloma Alarcó