24 de diciembre: abrimos de 10:00 a 15:00. 25 de diciembre: museo cerrado.

En este doble retrato, George Dyer, el amante de Bacon durante años, está sentado en una silla giratoria frente a un espejo colocado sobre un extraño mueble con peana. La violencia y brutalidad de la imagen, con el cuerpo distorsionado y la cara retorcida por un espasmo, está agudizada por un halo de luz circular que proviene de un foco situado fuera del cuadro. En contraposición, la cara reflejada en el espejo, escindida en dos por una franja de espacio luminoso, no sufre las mismas distorsiones. Si pudiéramos unir las dos mitades, tendríamos un retrato bastante naturalista del modelo, con su perfil anguloso de nariz ganchuda y una expresión que combina deseo y muerte. Bacon, en la estela de los retratos dislocados de Picasso de los años centrales del siglo pasado, logra traducir los aspectos más sórdidos del ser humano.

Siglo XXs. XX - Figuración en la posguerra europeaPinturaÓleolienzo
Descargar imagen Imprimir ficha