Esta obra del Museo Thyssen-Bornemisza ha estado atribuida a distintos maestros anónimos hasta que, finalmente, Isolde Lübbeke la vinculó a un pintor anónimo alemán de la corte de Ansbach, activo hacia 1490. La protagonista sobresale ante un fondo azul claro y va ricamente ataviada, resaltando los brocados de su traje y la toca, que cae con cierta rigidez sobre su hombro. Tanto el collar como el clavel que sostiene en una mano, son elementos importantes pues la flor y la toca aluden a la posibilidad de que la tabla tuviera pareja y el collar de oro con sus dos colgantes, uno con la Virgen y el Niño y otro con un cisne, nos indica que la retratada pertenecía a la Orden del Cisne. Esta orden religiosa, de culto mariano, fue fundada en 1440 por Federico II de Brandemburgo y gozó de gran apogeo a finales del siglo XV.

 

Este retrato anónimo fue adquirido en 1935 y procedía de un monasterio en Admont, Estiria, al que perteneció, por lo menos, desde el siglo XVIII. La tabla estuvo expuesta en la Landesmuseum Joanneum de Graz, prestada por el monasterio, aproximadamente entre 1850 y la fecha de ingreso en la colección Thyssen-Bornemisza, en 1935. La pintura, a juzgar por su bibliografía, suscitó el interés de la crítica, que ha intentado vincular la imagen a un foco artístico y a un maestro concreto, e identificar a la retratada, aunque sin éxito por el momento.

Este agradable rostro de grandes ojos azules, cuyo color juega con el tono del fondo, se dibuja con suavidad y se modela con delicadeza. El pintor ha usado para la piel de esta joven una gama pálida que rompe tímidamente con las leves carnaciones de las mejillas. Sin embargo, la blancura de su piel contrasta con una complicada y aparatosa toca que cubre totalmente su cabeza. Esta prenda, con finísimos pliegues alrededor de la frente, cae ampliamente por el lado derecho del rostro, quebrándose en duros dobleces. El fondo y la toca, así como la carnación de la joven, sirven para resaltar la riqueza de su atuendo. Vestida con un ceñido traje negro que se ajusta a la cintura, el rigor del color se mitiga con la rica decoración de perlas, lentejuelas e hilo dorado con el que se teje el cuello y una de las mangas del traje.

En el retrato hay que resaltar tres elementos además de los valores puramente estilísticos: la toca, el collar que luce en el pecho y el clavel rojo que sostiene entre sus dedos. Tanto la toca como el clavel nos indican que esta imagen tuvo una pareja, ya que el accesorio de la cabeza alude a su condición de mujer desposada, mientras el clavel es un símbolo que se vincula a la fidelidad. En cuanto al llamativo collar de oro que luce, con dos colgantes, uno con la Virgen y el Niño y el otro con un cisne, nos indica que la retratada pertenecía a la orden del Cisne. Esta orden religiosa, constituida por las clases más privilegiadas, fue fundada en 1440 por el elector Federico II de Brandemburgo en Santa Marien auf dem Harlunger Berg. La orden fue ampliada en 1459 por el margrave Alberto Achilles en Ansbach, y tuvo su sede en la capilla de San Jorge en la Gumbertuskirche. A esta orden de culto mariano, que profundizaba en la vida cristiana y que tuvo su momento de esplendor en las últimas décadas del siglo XV, pertenecieron importantes e influyentes miembros de la sociedad.

En cuanto a la identidad de la retratada, su imagen estuvo vinculada durante el siglo XVIII con la de santa Emma de Gurk, venerable austriaca que fundó el convento de las benedictinas de Gurk, en Carintia. La identificación tuvo su origen en una etiqueta adherida al reverso de la tabla en la que figuraba esta información. En cuanto a las atribuciones por las que ha pasado la pintura desde su primera publicación, en 1901, destacan las adscripciones a artistas anónimos procedentes de Estiria, de Franconia, así como al pintor Sebald Bopp, que trabajó para la corte de Ansbach y cuya personalidad fue propuesta por Stange. Lübbeke, cuya atribución es la que actualmente mantiene el retrato, se inclinó por la propuesta de Peter Strieder, que conectó el retrato con las pinturas de la Schwanenritterkapelle en Ansbach.

Mar Borobia

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