Santa Ana con la Virgen, el Niño y un donante (Ala exterior izquierda)
El personaje que encargó este bello conjunto, que aparece como donante en una de las tablas exteriores, ha podido identificarse gracias al escudo que sostiene un putto en lo alto del óleo con santa Ana. Se trata de Simon Götz, abad del monasterio premostratense de Obermarchtal entre 1482 y 1514. El escudo que figura en la otra hoja corresponde al del monasterio que dirigió Simon Götz. Este conjunto, que según parece se desmontó en el siglo XIX, pudo enriquecer una capilla dedicada a la Madre de Dios y a santa Isabel en un edificio adquirido por el monasterio, próximo a Ehingen. Las tablas, antes de entrar en 1955 en la colección Thyssen-Bornemisza, estuvieron registradas, hasta 1900, en la colección de la baronesa Wilhelmine von Gruben, en Ratisbona, y más tarde en Viena, en la colección del príncipe de Liechtenstein.
En las alas exteriores están representados santa Ana, la Virgen y el Niño, tema que iconográficamente se conoce como «la triple Ana», y santa Isabel de Hungría. El fondo, concebido unitariamente, como se puede comprobar por los elementos que ordenan el decorado, se organiza con un rico brocado que hace de cortina, pulcramente suspendido de una barra donde se posan dos parejas de pájaros. Sobre un intenso fondo azul, se recorta, en la parte superior, un arco trilobulado, dibujado con ramas de árbol entrelazadas con motivos vegetales y florales.
La triple Ana fue un tema popular en Alemania durante los siglos XV y XVI. En esta tabla, el artista opta por representar las tres generaciones con una santa Ana de pie, sosteniendo al Niño con una mano y con la otra abrazando a María niña, que sujeta un libro acercándoselo a Jesús. Santa Isabel de Hungría se identifica por sus atributos: el pan y el jarro con agua, que ofrece a los tullidos sentados a sus pies. La santa, además, está representada como patrona de los tiñosos por el peine que sostiene en su mano. Santa Isabel de Hungría fue también protectora de los hospitales por su caridad hacia los enfermos y pobres. Las figuras de estas alas exteriores están construidas con una gran volumetría, intensificándose su presencia por la amplitud de sus ropas, de colores saturados y contrastados. El artista se sirve del juego cromático de las baldosas del suelo para acentuar una perspectiva que no termina de conseguir.
Las escenas de las alas interiores mantienen un fondo de oro sobre el que se recortan pequeños paisajes y en el que se insertan los marcos arquitectónicos de los episodios. Ambas composiciones están inspiradas en grabados de Martin Schongauer y de Durero. En La Adoración de los pastores, nuestro pintor se apoya en el grabado La Adoración del Niño, de Schongauer, del que toma el grupo de ángeles cantores y la figura de san José. El maestro anónimo completa la composición con el grupo de ángeles que rodea a Jesús en la cuna y con los pastores, extraídos de la estampa de Durero La Natividad, de la serie Vida de la Virgen. Para La Presentación del Niño en el templo, toma prestados detalles de otro grabado de Durero con el mismo tema y perteneciente también a la citada serie.
En el catálogo de 1958 y en la colección del príncipe de Liechtenstein, de donde proceden, estas puertas estuvieron atribuidas a Martin Schaffner (1477/1478-1549). Dicha atribución, incorrecta, se cambió por la de un maestro anónimo, activo en Ulm, en los catálogos editados a partir de 1969. La adscripción actual se debe a Lübbeke, que consideró muy reveladora la gama cromática, clara y brillante, con la que se entona la escena de La Presentación del Niño en el templo, característica de la zona suaba.
Estas tablas fueron las puertas de un tríptico cuyo motivo central pudo ser un conjunto de esculturas exentas, en madera policromada. En 1994 Lübbeke apuntó la posibilidad de que una triple Ana, enmarcada por un san Pedro y una santa Isabel de Hungría, conservados en el Dominikanermuseum de Rottweil, fueran ese grupo central.
Mar Borobia