Amico Aspertini nació en Bolonia, entre 1474 y 1475, en el seno de una familia de pintores. Fue un artista versátil que se dedicó a la pintura, a la escultura, al grabado y a la iluminación de libros. Giorgio Vasari lo describe como un pintor excéntrico, capaz de trabajar tan rápido que podía decorar una fachada en un solo día. Aspertini es considerado hoy como un pintor de estilo complejo y ecléctico, y uno de los precursores de la corriente manierista. Su cronología es difícil de establecer, debido, en gran medida, a la pérdida de toda su obra como decorador de fachadas al fresco, actividad en la que según las fuentes fue el artista más prolífico de Bolonia. La primera noticia que tenemos sobre la carrera de Aspertini es su viaje, entre 1500 y 1503, a Roma, donde estableció contacto con la escuela de Pinturicchio. Fue un apasionado estudioso de la Antigüedad; de esos años data uno de sus cuadernos de dibujos dedicados al mundo clásico, el Wolfegg Codex, colección von Waldburg, que es un documento de primer orden para el conocimiento del arte y la arquitectura antigua.

En 1504 regresó a Bolonia, donde un año más tarde participó, junto con Lorenzo Costa y Francesco Francia, en la decoración al fresco del recién restaurado oratorio de Santa Cecilia, en la iglesia San Giacomo Maggiore. Su siguiente gran encargo fue en la Toscana, en Lucca, donde se ocupó del programa decorativo de la capilla de Sant’ Agostino en la iglesia de San Frediano, en el que destaca, especialmente, su representación con San Frediano cambiando el curso del río Serchio, basado en una escena de la columna de Trajano. Desde 1510 hasta 1530 Aspertini se centró casi exclusivamente en su labor como escultor, llevando a cabo, entre otros proyectos, parte de la fachada de San Petronio, en su ciudad natal. En 1529 fue uno de los dos artistas responsables de la decoración del arco de triunfo que celebraría la entrada en la ciudad de Bolonia del papa Clemente VII y el emperador Carlos V.

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