Retrato de Tommaso Raimondi
Amico Aspertini se formó en el entorno familiar, y en su aprendizaje influyeron artistas próximos al círculo de Ferrara, como Ercole de’Roberti, Lorenzo Costa o Francesco Francia. Aspertini trabajó como pintor y escultor, y fue, además, un buen dibujante del que nos ha llegado un gran número de diseños y de bocetos. Vasari lo tachó de hombre caprichoso y excéntrico, aludiendo con ingenio a la extrema rapidez con que el artista acababa sus encargos, en los que, según el historiador, para acelerar el proceso, aplicaba el color con ambas manos. Estuvo en Roma entre 1500 y 1503, etapa en la que se ha fechado el Codex Wolfegg, cuaderno de apuntes en el que tomó nota de agrupamientos de figuras y de escenas de la Antigüedad clásica y donde detalla en algunos de sus folios instrumentos musicales y otros de corte decorativo. Aspertini se encuentra de nuevo en Bolonia en 1504. De sus ciclos al fresco destaca el que realizó para la capilla de Sant’Agostino, en la iglesia de San Frediano, en Lucca, con la Adoración de los pastores, santos y escenas de la Pasión, aunque uno de sus trabajos más destacados fue la decoración encargada por la familia Bentivoglio para el nuevo oratorio de Santa Cecilia en la iglesia de San Giacomo en Bolonia. Entre las escenas que pintó ocupan un lugar especial el Martirio de los santos Valeriano y Tiburcio y sus entierros.
Este retrato lleva en la colección Thyssen-Bornemisza desde 1928, cuando fue adquirido a la galería Caspari, con sede en Múnich, y se incorporó al conjunto de Villa Favorita como obra de Amico Aspertini, atribución con la que figura en los catálogos desde 1930. La pintura, sin embargo, ha sido objeto de estudio por parte de la crítica, que no ha sido unánime al tratar la autoría de la tabla. Magaluzzi Valeri la consideró una obra de Bernardino de’Conti, artista vinculado al foco milanés, conocedor de la obra de Bernardo Zenale y de Leonardo; en esta misma línea se decantó Berenson en 1932. Por su parte, Van Marle sí aceptó la atribución a Aspertini con la que este joven ha figurado en los catálogos de la Colección, basando su argumento para consolidar esta teoría en las afinidades que existían entre la cabeza de esta tabla y las de las figuras de los frescos de la iglesia de San Frediano en Lucca. Otras atribuciones que se han sugerido han sido las de Marco Marziale, por parte de Suida, Filippo Mazzola y Francesco Francia.
El retrato, según la inscripción que figura en el borde superior, corresponde al de Tommaso Raimondi, jurista y poeta de la ciudad de Cremona que murió en 1510. Tommaso Raimondi aparece como donante en una pintura de Marco Marziale, fechada en 1500, donde se representa la Circuncisión de Cristo y que pertenece a la National Gallery de Londres. El pintor, en esta tabla del Museo, centra toda la atención en el rostro del modelo, que recibe la luz de un foco situado a la izquierda y que deja en la oscuridad el cabello del personaje, cuyos detalles, al igual que el gorro que cubre su cabeza, se pierden en el fondo verde. En este busto hay que subrayar la austeridad con la que está concebido y que se rompe con dos detalles: el fino remate de piel del traje del protagonista y el llamativo collar de oro de varias vueltas que, con sus pequeños y bien tramados eslabones, matiza el negro de las ropas.
Mar Borobia