San Sebastián atendido por santa Irene y su criada
San Sebastián atendido por santa Irene y su criada fue adquirido en 1986 y figuraba en el catálogo de la subasta como obra del pintor Theodor Rombouts. La atribución a este artista flamenco fue de Leonard J. Slatkes, que fechó la tela durante la estancia de Rombouts en Roma, entre 1616 y 1620, mencionando la posibilidad de que además fuera la primera representación hecha por un seguidor de Caravaggio del norte de Europa con este tema. La asignación a Rombouts fue rechazada por Gaskell, que la consideró difícil de sostener al comparar el óleo con otros de este maestro. El examen realizado tras su restauración llevó a este crítico a proponer, como posible autor, a Dirck van Baburen, situando la pintura en una etapa temprana de su producción y durante su estancia en Italia. Gaskell, entonces, la comparó con uno de sus primeros trabajos conocidos, El Santo Entierro, de 1617, realizado para la capilla de la Pietà de la iglesia romana de San Pietro in Montorio. Entre ambas pinturas resaltó similitudes en la disposición de las figuras en el espacio, en la forma de aplicar las acentuadas sombras, en la construcción de los bordes de los pliegues y en la colocación de los objetos secundarios.
Este mismo tema aparece en un lienzo, de autor desconocido, conservado en Greenville, en The Bob Jones University Collection of Sacred Art, que ha sido considerado una copia de un trabajo perdido de Van Baburen; su composición se ha relacionado con una de las primeras obras documentadas de Van Baburen en Italia, un Martirio de san Sebastián realizado para una iglesia de Parma. Gaskell, con estos elementos, aventuró la hipótesis de que el lienzo del Museo Thyssen-Bornemisza pudiera estar conexionado con la pintura perdida de Parma.
El óleo recoge el momento en que santa Irene, caritativa viuda, socorre al centurión romano tras ser asaetado, extrayéndole la flecha que tiene clavada en su costado. A la derecha, emergiendo también de la oscuridad, se coloca a su anciana sirviente que sostiene al mártir con firmeza. El ángulo inferior derecho del lienzo se aprovecha para colocar en un montón distintas piezas de la armadura de san Sebastián. Baburen construyó este popular episodio de la vida del santo con una luz fuerte y selectiva, procedente del caravaggismo que, con precisión, va esculpiendo y mostrando la composición. Algunas particularidades de la tela, como son las largas pinceladas con las que se construyen los brazos y las piernas del santo, el realce de la forma de la nariz y de los dedos de los pies con tonos rojizos o la forma de representar el cabello separado por largos mechones, son, según Gaskell, características llamativas del estilo de Van Baburen.
La pintura, según parece, formó parte durante el Siglo XVIII de la colección genovesa de Giacomo Filippo Carrega, donde figuró como obra de Caravaggio, pasando por herencia a otros miembros de la familia. La tela permaneció inédita hasta su subasta en Sotheby’s en 1986.
Mar Borobia