Cristo camino del Calvario
Esta tabla perteneció a la colección del barón Heinrich Freiherr von Tucher, donde estuvo registrada en 1908. La colección de este diplomático alemán, destinado en Roma, fue subastada en Berlín en 1927. Entre esa fecha y la de su ingreso en la colección Thyssen-Bornemisza, en 1929, el temple fue restaurado y transferido, con su preparación, de su soporte original al montaje actual.
Cristo camino del Calvario fue uno de los episodios de una predela dedicada a la Pasión y Resurrección de Jesucristo. Gertrude Coor- Achenbach, en 1961, propuso una reconstrucción de la parte inferior de este retablo, desmembrado en fecha desconocida, con La Crucifixión del Metropolitan Museum of Art de Nueva York, como pieza central, La Lamentación del National museum de Estocolmo y La Resurrección de la Walters Art Gallery de Baltimore. Federico Zeri, en 1977, añadió la última pintura a la predela, La traición de Judas, que apareció en el mercado de arte parisino en 1972. Dadas las dimensiones de las cinco tablas que integraban la parte baja del retablo, se ha considerado que el políptico original tuvo que estar destinado al altar mayor de una iglesia que aún no ha sido identificada. En cuanto a la posible reconstrucción del altar, Boskovits propuso dos tablas procedentes del mercado de arte italiano: una con San Luis de Toulouse y san Juan Bautista, situada a la izquierda de una desconocida tabla central, y la otra con San Juan Evangelista y san Francisco, que se colocaría a la derecha.
Andrea di Bartolo se inspiró, para esta composición, en una pintura de Simone Martini con el mismo asunto, conservada en el Musée du Louvre y fechada hacia 1335. Comparando ambas imágenes, son evidentes los paralelismos en la ordenación de planos y en la concepción general. Estas similitudes también incluyen aspectos concretos, como la solución para el grupo principal con Cristo cargando la cruz, Simón el Cireneo, el soldado con la espada desenvainada, la Virgen y la figura de san Juan. Uno de los detalles más expresivos de la obra de Simone Martini, la Magdalena con los brazos en alto, fue omitido en la tabla de Andrea di Bartolo, que prefirió integrar las santas mujeres dentro de la muchedumbre que sigue a Cristo, de forma que sólo apreciamos parte de sus rostros. Andrea di Bartolo repitió este mismo esquema en una escena del políptico del Duomo de Tuscania y en una tabla que perteneció a la colección romana Ruffini.
La pintura estuvo atribuida en los catálogos de la colección a Bartolo di Fredi Cini, padre del artista. La atribución actual se debe al estudio de Hans-Dietrich Gronau, publicado en 1937, que fue aceptado, entre otros historiadores, por Bernard Berenson, Federico Zeri y Miklós Boskovits.
Mar Borobia