Domingo después del sermón
En 1963, poco antes de la marcha de Martin Luther King sobre Washington, Romare Bearden, perteneciente a una familia afroamericana que emigró en 1914, durante la Gran Migración, a la colina de Harlem desde el estado sureño de Carolina del Norte, se reunió con un grupo de artistas negros en su estudio de ese barrio neoyorquino para debatir sobre qué postura adoptar respecto a los derechos civiles, y juntos crearon Spiral, un grupo de existencia efímera que se proponía elaborar collages en común sobre temas sociales comprometidos ideológicamente. A partir de entonces, para Bearden, que había sido alumno de George Grosz en la Art Students League, el collage se convirtió en un instrumento narrativo de primer orden. Sus collages nos descubren generalmente escenarios cotidianos, vivencias personales y escenas de prácticas rituales o sociales, valiéndose de recortes de revistas, catálogos, papeles pintados o reproducciones de obras de arte, a los que, en determinados casos, añade pintura en spray o toques de carboncillo y grafito.
Domingo después del sermón, de 1969, una escena callejera en la que varios personajes charlan formando un corrillo a la salida del oficio religioso semanal, es un gran collage que combina recortes de periódicos y revistas con algún fragmento de papel pintado. La perspicacia con la que Bearden transcribe un acontecimiento trivial, frecuente en la vida de los negros en América, hace que esta sencilla representación se transforme en una metáfora social y moral.
La obra perteneció a la Cordier and Ekstrom Gallery de Nueva York, creada por Arne Ekstrom en colaboración con la galería de Daniel Cordier de París, en la que, entre otros artistas, expusieron Marcel Duchamp, Man Ray, Isamu Noguchi, Richard Lindner y el propio Bearden.
Paloma Alarcó