Retrato de Úrsula Rudolph
Barthel Beham nació en Núremberg en 1502. Su aprendizaje pudo realizarse en esa ciudad, donde su hermano Sebald está documentado en el entorno de Durero. En 1527 se estableció en Múnich, donde dedicó gran parte de su carrera artística a la realización de retratos y en menor nivel a las pinturas de temática religiosa.
Los retratos que nos ocupan están fechados en 1528 y firmados con las iniciales del artista en el borde superior. Fue A. von Botzheim en 1932, quien reconoció el escudo de la familia Stüpf en una de las sortijas del hombre, concretamente en la que luce en el dedo índice, que representa dos cheurones en rojo sobre un campo blanco, logrando de esta manera identificar a los personajes. En ambas tablas con la disposición tradicional de las parejas, el hombre a la izquierda y la mujer a la derecha, se capta a los modelos de más de medio cuerpo, formato novedoso en esos años. Úrsula Rudolph, con el rostro casi de frente, junta sus manos distinguiéndose entre los puños blancos, que sobresalen del vestido, numerosos anillos en sus dedos, además, en su cuello y pecho luce tres grandes cadenas con dos llamativos colgantes. Por su parte, Ruprecht Stüpf, ocupa con su cuerpo casi la anchura total de la tabla, atrayendo la atención del espectador por el generoso cuello de piel que exhibe y que aprieta con una mano.
MGA
Barthel Beham se estableció en Múnich, donde está documentado desde 1527.Allí se dedicó con más intensidad al retrato, aunque en su repertorio también encontramos pinturas de temática sacra. Beham recibió encargos del duque Guillermo IV y del duque Luis X de Baviera, así como de las familias patricias de Múnich. Murió en Italia, se cree que en Bolonia, durante un viaje de estudios.
Independientemente de los retratos que pudo realizar en Núremberg, que son discutidos, uno de los primeros clientes que tuvo en Múnich fue Leonhard von Eck, cuya imagen, fechada en 1527, se conserva en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York. A esta obra cronológicamente le sigue una pareja conservada en la Nationalgalerie de Oslo, de 1528, y las pinturas del Museo Thyssen-Bornemisza.
Beham ha representado a este matrimonio, para el que ha optado por una disposición habitual con el caballero a la izquierda y la dama a la derecha, de pie y de más de medio cuerpo, formato novedoso en esos años. El fondo elegido para la pareja no es uniforme, ya que para el del hombre ha empleado un tono azulado que puede corresponder a un celaje, junto a un fragmento de un cortinón verde que tiene continuidad en el de la esposa, cuya extensión cubre totalmente. Este fondo refleja un cambio en la presentación de sus modelos, pues el pintor solía retratar a sus clientes sobre colores intensos, a veces modulados por la luz. Los dos personajes de las tablas han podido ser identificados gracias al escudo de la sortija que el caballero porta en su dedo índice, donde, sobre un campo blanco, se representan en rojo dos cheurones. Este escudo pertenece a los Stüpf, familia patricia establecida en Múnich. Sin embargo, sí existe alguna discrepancia para aceptar que estos dos personajes sean Ruprecht Stüpf y su esposa, Úrsula Rudolph, pues la identificación no se ha asentado sobre una base sólida. Beham ha vestido a sus modelos con elegantes y ricos trajes que se adornan, en el caso de la mujer, con suntuosas joyas. También ha optado por jugar, además de con los fondos, con la inserción de las figuras en el espacio. Así, pese a que los soportes para estas representaciones son iguales, Ruprecht Stüpf ocupa con su cuerpo casi la anchura total de la tabla, captando la atención del espectador por el generoso cuello de piel que exhibe y que aprieta con una mano, mientras los dedos de la otra parece que descansan sobre el mismo marco de la pintura. Su mujer, Úrsula, que también pertenecía a una de las familias importantes de Múnich, se instala en su fondo con más amplitud.
De Ruprecht Stüpf se conserva otro retrato realizado por Hans Mielich donde el personaje, ya anciano, posa con un porte similar al de esta obra de Beham, y en el que lleva la misma sortija en su dedo índice que sirvió para la identificación de la familia.
Mar Borobia