Paisaje invernal en Filadelfia
Thomas Birch fue probablemente el primer pintor académico norteamericano que creó escenas invernales, composiciones que luego influirían sobre George Durrie, cuya obra se divulgó a través de las litografías de Currier & Ives. Thomas Doughty, otro artista de Filadelfia, pintó en 1830 el Paisaje invernal, Boston, Museum of Fine Arts, y Régis François Gignoux se haría posteriormente famoso por sus paisajes nevados. De entre los artistas del río Hudson, Jasper F. Cropsey pintó un buen número de escenas invernales, a menudo en series dedicadas a las cuatro estaciones; Frederic E. Church pintó el paisaje invernal de los alrededores de su casa, en Olana; y Rémy François Mignot, que se había formado en Holanda, también se dedicó al paisaje de invierno. Sin embargo las escenas de invierno eran un tema de segundo orden para los pintores norteamericanos hasta que los impresionistas norteamericanos, que trabajaron hacia finales de siglo, se recrearon en los deslumbrantes efectos de la luz sobre la nieve. Las obras de Birch tienen su origen en la tradición paisajística del norte de Europa, en donde la representación del invierno se consideraba como «el paisaje holandés del siglo XVII por excelencia». El padre de Birch poseía en su colección varios cuadros de la escuela holandesa, originales o copias, entre otros El tocón de Jacob van Ruysdael y Escena invernal de Jan van Goyen, en la que aparecen unos patinadores.
El Paisaje invernal en Filadelfia de Birch toma de la tradición holandesa el horizonte bajo, en el cual el cielo, sobre el que se recortan las ramas desnudas de los árboles, ocupa por lo menos la mitad de la composición. Las figuras, dotadas de la contenida alegría del arte septentrional, siguen siendo un detalle, no carente de importancia, dentro del paisaje. La obra de Birch, torpe a la hora de reproducir las actividades invernales, es más ingeniosa de lo que pudiera parecer. Dos figuras, precedidas por un trineo tirado por caballos -detalle característico de las escenas invernales de Birch- nos guían por un camino cubierto de nieve. Un arroyo, convertido en una capa de hielo, surge en el centro de la composición dibujando una curva en sentido contrario en la parte inferior derecha del cuadro. El cruce entre el camino y el río crea un óvalo casi perfecto en el que queda enmarcada la gran alquería. Delante de ésta, en el punto en el que se encuentran el camino y el río, un personaje contempla a los patinadores que aparecen más abajo. Uno se está poniendo los patines, mientras el otro señala la corriente para que nos fijemos en el paisaje.
La misma composición, con intersección de carretera y río, aparecía ya en Paseo en trineo un día gris, 1832, colección particular, que es el cuadro más antiguo de Birch con tema invernal que se puede fechar con exactitud. Aunque en este cuadro el puente es de piedra, el trineo avanza hacia el espectador, las alquerías están situadas a la izquierda de la carretera y faltan los patinadores, hay más semejanzas que diferencias entre ambas obras. En Patinando, c. 1830-1840, Boston, Museum of Fine Arts, cuadro muy parecido al Paisaje invernal en Filadelfia, aparecen también los dos patinadores, uno señalando y el otro inclinado.
Las escenas invernales de Birch que han llegado hasta nosotros se pueden fechar entre 1832 y 1842; los documentos de las exposiciones celebradas en la Academy of Fine Arts y en la Artists' Fund Society de Pensilvania ponen de manifiesto que Birch expuso cuadros con paisajes invernales casi todos los años, desde 1811 hasta 1815 y desde 1834 hasta 1844. Luego dejó estos temas hasta que pintó por última vez una Escena invernal, que se expuso en 1851, el año en que murió. Aunque se ha sugerido que el cuadro de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza podría ser de 1847, es más probable que fuera pintado en la década de 1830 o a principios de la década de 1840.
Kenneth W. Maddox