San Sabino conversando con san Benito
1473
Temple y óleo sobre tabla.
27 x 35,9 cm
Colección Thyssen-Bornemisza, en depósito en el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC)
Nº INV.
50
(1977.44
)
No expuesta
Esta tabla, que ingresó en la colección Thyssen-Bornemisza en 1977 procedente del mercado de arte italiano, formó parte de una predela dedicada a la vida de san Sabino. San Sabino conversando con san Benito es la primera escena, a la que siguen otras tres más identificadas, organizando una serie que narra la vida del santo obispo de Canosa di Puglia. La pintura central de este altar, que conserva todavía su marco original y se encuentra en el Szépmu´´vészeti Múzeum de Budapest, representa La Virgen y el Niño entronizados con ángeles y santos. El emplazamiento original de este hermoso conjunto fue la capilla dedicada a san Sabino en el Palazzo Petrangeli de Orvieto. La obra de Budapest, datada en 1473 en el pedestal del trono en el que se sienta María, ha permitido fechar las tablas separadas de la predela.
Los otros episodios de san Sabino integrados en el conjunto son: San Sabino reconociendo a Totila, que estuvo en la colección Mario Lanfranchi de Roma; El archidiácono Vindemius intentando envenenar a san Sabino, en la Galleria Nazionale de Urbino, y La muerte de san Sabino, que fue a la colección parisina Spiridon. En la primera escena, la perteneciente a la colección Thyssen-Bornemisza, san Sabino y san Benito, sentados en un exterior que se ha identificado con el monte Cassino, conversan sobre la entrada en Roma del último rey ostrogodo, Totila. En la segunda, el santo está en un banquete con el rey Totila, a quien san Sabino, ciego, ha conseguido identificar gracias a sus dones adivinatorios. En la tercera, un ambicioso archidiácono procura envenenarle con una bebida, intento de asesinato del que el santo obispo sale ileso; en el mismo soporte de esta escena se representa también la muerte del archidiácono. El último episodio corresponde a la muerte de san Sabino, quien, en su lecho, bendice a las numerosas personas que lo rodean. Estos pasajes de la vida de san Sabino, que murió en el año 556, se encuentran narrados en los Diálogos de san Gregorio Magno. Fue William George Constable quien, en 1928, identificó estos episodios y relacionó la predela con la pintura de Budapest.
Pertenecientes a los años de madurez del artista, estas pinturas muestran el fino sentido narrativo y descriptivo desarrollado por Boccati, especialmente patente en las figuras, que se ayudan de un lenguaje gesticular expresivo, y en el tratamiento del paisaje, elaborado con luminosos colores. Algunos historiadores han visto en estas características la huella de Benozzo Gozzoli. El artista emplea la arquitectura como un simple telón de fondo para enmarcar la escena. Así, vemos entre masas rocosas un edificio convencional, en tonos salmones, a través de cuyos muros descubrimos una capilla a la izquierda, seguida de una logia y la base de una torre. Boccati emplea una luz clara y brillante que, a la derecha, baña las montañas y la ciudad amurallada.
Mar Borobia
Los otros episodios de san Sabino integrados en el conjunto son: San Sabino reconociendo a Totila, que estuvo en la colección Mario Lanfranchi de Roma; El archidiácono Vindemius intentando envenenar a san Sabino, en la Galleria Nazionale de Urbino, y La muerte de san Sabino, que fue a la colección parisina Spiridon. En la primera escena, la perteneciente a la colección Thyssen-Bornemisza, san Sabino y san Benito, sentados en un exterior que se ha identificado con el monte Cassino, conversan sobre la entrada en Roma del último rey ostrogodo, Totila. En la segunda, el santo está en un banquete con el rey Totila, a quien san Sabino, ciego, ha conseguido identificar gracias a sus dones adivinatorios. En la tercera, un ambicioso archidiácono procura envenenarle con una bebida, intento de asesinato del que el santo obispo sale ileso; en el mismo soporte de esta escena se representa también la muerte del archidiácono. El último episodio corresponde a la muerte de san Sabino, quien, en su lecho, bendice a las numerosas personas que lo rodean. Estos pasajes de la vida de san Sabino, que murió en el año 556, se encuentran narrados en los Diálogos de san Gregorio Magno. Fue William George Constable quien, en 1928, identificó estos episodios y relacionó la predela con la pintura de Budapest.
Pertenecientes a los años de madurez del artista, estas pinturas muestran el fino sentido narrativo y descriptivo desarrollado por Boccati, especialmente patente en las figuras, que se ayudan de un lenguaje gesticular expresivo, y en el tratamiento del paisaje, elaborado con luminosos colores. Algunos historiadores han visto en estas características la huella de Benozzo Gozzoli. El artista emplea la arquitectura como un simple telón de fondo para enmarcar la escena. Así, vemos entre masas rocosas un edificio convencional, en tonos salmones, a través de cuyos muros descubrimos una capilla a la izquierda, seguida de una logia y la base de una torre. Boccati emplea una luz clara y brillante que, a la derecha, baña las montañas y la ciudad amurallada.
Mar Borobia