Retrato de una joven
Siendo niño, Paris Bordone se trasladó junto con su familia a Venecia, lugar donde se formó como pintor en el taller de Tiziano y que abandonó hacia 1518 para ejercer como artista independiente. La obra de Paris Bordone, que incluye tanto pintura religiosa como mitológica, alegórica y retrato, ha sido difícil de ordenar debido a la escasez de datos relativos a su vida y a su actividad. En su pintura, y dependiendo del periodo, se encuentran recuerdos de Giorgione y de Tiziano, así como de Lorenzo Lotto y Pordenone. Sus primeras obras conocidas están fechadas en la década de 1520, siendo precisamente composiciones religiosas como la Virgen con el Niño, san Jorge y san Cristóbal de la Galleria dell’Accademia de Lovere. Bordone trabajó en el Veneto y Lombardía, pero también para la corte francesa y para los Fugger en Augsburgo; según Vasari, estuvo en Fontainebleau, entre 1538 y 1539, en la corte de Francisco I, aunque también se ha mencionado una segunda estancia suya hacia 1559 en la corte de Francisco II. Se ha supuesto que entre 1540 y 1543 realizó un viaje a Baviera, regresó de nuevo a Venecia en ese último año y se estableció en Milán aproximadamente entre 1548 y 1551. Las amplias perspectivas ocuparon un lugar destacado en su pintura, en ellas insertó episodios como La presentación del anillo al dux de la Galleria dell’Accademia de Venecia, que estuvo destinada a la Sala del Albergo, en la Scuola Grande di San Marco y cuyo encuadre se basa y se inspira en los trabajos de Serlio.
En su producción adquieren un protagonismo especial una serie de representaciones femeninas que, según las noticias de Vasari, fueron realizadas durante su estancia en Fontainebleau y simbolizan alegorías o figuras mitológicas. Un buen prototipo lo encontramos en este lienzo del Museo. Aquí, el pintor ha representado a una muchacha vestida con ricas telas y un amplísimo escote que nos descubre el pecho.
Esta dama, que se coloca en un interior, sostiene con su mano izquierda una fina cadena que se enrolla suavemente en su brazo y pasa por su espalda, con la que mantiene atado a un pequeño mono que come tranquilamente en la imposta de un muro. La joven muestra en la palma de su otra mano dos rosas que probablemente proceden del delicado recipiente con sátiros esculpidos; al lado del pie de este objeto aparecen esparcidas las frutas con las que el mono se alimenta. Tanto la figura como los elementos que se han elegido para la puesta en escena sugieren para el óleo una lectura de talante amoroso. Las rosas que sostiene la hermosa mujer son un atributo asociado a la diosa Venus, y el mono, al que domina por la cadena, se ha puesto en conexión con el vicio y la concupiscencia. El modelo femenino que Bordone presenta es una respuesta al tipo creado por Tiziano y Palma, que este pintor repitió en otros cuadros.
El prototipo de belleza que encarna la protagonista de la tela se ha relacionado con otras composiciones de Bordone, como la conservada en la Galleria Doria Pamphilj de Roma, donde se transforma en Venus acompañada por Marte y Cupido. Retrato de una joven se ha fechado después de 1543, tras el establecimiento del pintor en Venecia.
Mar Borobia