La plaza de la Iglesia de Saint Vulfran en Abbeville
Aunque Eugène Boudin siempre sintió un especial apego por su Normandía natal, donde trabajó habitualmente, a partir de los años centrales del siglo viajó frecuentemente por Bretaña y el norte de Francia, Bélgica y los Países Bajos. En 1884, durante su estancia en Abbeville, una localidad situada en la región de Picardía, al norte de Amiens, realizó esta pequeña tabla con una vista urbana de La plaza de la iglesia de Saint Vulfran. La rígida y geometrizada fachada de la iglesia, de estilo gótico florido, que domina el lateral derecho de la pintura, se contrarresta con la fluidez de las nubes que, gracias a la colocación de la línea del horizonte muy baja, ocupan la mayor parte del lateral izquierdo de la composición y su luminosidad envuelve todo el conjunto.
Como ocurre con la mayoría de sus obras de pequeño formato, seguramente fue pintada del natural, ya que el pintor se reservaba para el estudio las pinturas de mayor tamaño. Boudin, que fue quien enseñó a Claude Monet a pintar en plein-air, y ejerció una gran influencia en los pintores impresionistas, con quienes expuso en la primera exposición del grupo de 1874, abandonó en su periodo final cualquier descripción pintoresca en beneficio de la captación directa de las cualidades atmosféricas y lumínicas. Según las declaraciones del artista, «tres pinceladas ejecutadas al aire libre valen mucho más que diez días pintando en el estudio».
Paloma Alarcó