El río Touques en Saint-Arnoult
El 1 de marzo de 1895, en una carta dirigida a su amigo el pintor Braquaval, Eugène Boudin confiesa: «Mi oficio me parece cada vez más difícil, sobre todo desde que procuro terminar mis bocetos al aire libre». El temperamento de Boudin puede resumirse en pocas palabras: tenacidad, humildad, dudas, pero también seguridad en su práctica profesional. A su edad, otros pintores seguramente habrían estado más pendientes de sus achaques. En 1895, a Boudin no le quedan más que tres años de vida y ya se le ha manifestado el cáncer de estómago que le causará la muerte. A pesar de ello, sigue pintando del natural, tanto en verano como en invierno. Normando de pura cepa y de corazón, el pintor ha realizado en su región natal, el Pays d'Auge, una gran parte de su obra. En 1885, manda construir una casa en Deauville que le permitirá acudir con más frecuencia a la costa o al interior y realizar estancias más prolongadas.
En su obra son frecuentes las vistas del río Touques. Constituyen el contrapunto «campestre» de las vistas de costas o de playas con veraneantes. Reflejan un amor que nunca oculta por el campo, las riberas y los rebaños que pacen en los prados. De joven, hacia 1855-1860, siendo ya pintor, había acompañado a Constant Troyon cuando éste pintaba al óleo y al pastel paisajes campestres del valle del Touques.
Este río nace en el departamento francés del Orne y serpea a lo largo de 108 kilómetros entre los campos, ciudades y aldeas que atraviesa: Fervaques, Lisieux, Pont-l'Évêque..., irrigando los pastos de esta región que alimentan a bovinos y equinos. Cerca de su desembocadura, entre Trouville y Deauville, discurre más despacio, convirtiéndose a veces en marismas inundables y regando los pueblos de Saint-Arnoult y de Touques que, en el curso del río, son los lugares más frecuentemente representados (a excepción de las vistas de la desembocadura del río en Trouville, entre los dos espigones).
Boudin pintó varias veces el lugar que aparece en esta obra: una en 1891, tres en 1893 y dos en 1895. A esta vista hay que añadir otras, muy cercanas de Saint-Arnoult: los «meandros de Deauville», los Touques con marea baja o alta, la ribera del Touques en Trouville durante las mareas vivas. Todas estas obras constituyen vistas bucólicas del río entre sus riberas y con cielos que reflejan una variada gama de condiciones atmosféricas.
El río Touques en Saint-Arnoult aparece pues exactamente en cinco lienzos de idénticas dimensiones y en otro más pequeño (de 36 x 58 cm). El punto de vista que elige el artista y la composición son idénticos: la curva del río dibujándose entre una orilla en la que crece la hierba a la derecha y otra en la que se yerguen grandes árboles a la izquierda. Los celajes varían, ora azules, ora nubosos o amenazadores. En este paisaje en el que dominan los colores fríos (verde y azul), la animación procede de la inclusión de pequeñas figuras (pescadores, paseantes, vacas pastando...) con toques cromáticos más vivos: amarillo, azul, blanco, bermellón o pardo en la capa de las vacas; estas manchas vivas humanizan el paisaje que, de lo contrario, resultaría rígido. El humo y el vuelo de los pájaros confieren movimiento e indican la dirección del viento. Así es como Boudin procede siempre. Mediante breves pinceladas, nos va descubriendo poco a poco el tema de su composición. La mirada circula y se detiene en un detalle del que capta toda su serena y discreta belleza. Lo que nos hace apreciarlo no es la originalidad del tema ni unos colores estridentes, sino la armonía de las tonalidades, la frescura de los verdes, la delicadeza de los reflejos, la vivacidad de la pincelada que roza el lienzo y el sutil arte de sugerir, del que Boudin fue uno de los grandes maestros.
En 1895 Boudin hace un apunte en su libro de cuentas de 3.650 francos franceses de ingresos por la venta de algunos cuadros. Tiene varios marchantes, entre ellos Allard y Noël, que compran catorce cuadros a 300 ó 400 francos cada uno los de formato 6 y 8 y a 600 ó 700 francos los de formato 20. En enero de 1895, estos marchantes le compran a Boudin por 700 francos el cuadro El río Touques en Saint-Arnoult de formato 20, es decir aproximadamente el de la obra que aquí se comenta2. Si se adquirió en enero de 1895 y se fechó entonces, es posible que la obra se pintara en primavera o en verano del año anterior. Boudin, igual que Monet, fechaba a veces el lienzo en el momento de su venta, cuando se trataba de obras ejecutadas hacía poco tiempo.
Anne-Marie Bergeret-Gourbin