Capricho con columnata en el interior de un palacio
Es una escena de la vida en un palacio, tomada desde un atrevido doble ángulo de perspectiva, que permite abarcar, a la vez, la fila de columnas que, en la planta baja, separan el «portego» del patio interior y la balconada de la planta noble, que se abre bajo el arco de la bóveda, mostrando, simultáneamente, todos los elementos arquitectónicos, desde el forjado de madera debajo de la balconada hasta el techo sobre ella. Unas lámparas cuelgan de sus largos cables entre columna y columna y un blasón en un patio interior, donde un caballero da una limosna a un muchacho y otro mendigo espera la suya, sentado con la espalda apoyada en una columna, animales de corral corretean y una mujer cose, sentada, a la derecha, delante de unos escalones. Hay dos figuras apoyadas en la balaustrada, una de ellas sujetando una cortina que sobresale de ella, decorada con un blasón. El patio está abierto al fondo y muestra una parte del complejo edificio. Hay una mujer cerca del pozo, a la izquierda, y una escalinata conduce a la planta superior. La escalera queda cerrada por las copas de los árboles detrás del palacio y un trozo de cielo tranquilizador, tan sólo interrumpido por ligeras nubes blancas.
Este pequeño cuadro adquiere una importancia histórica que excede su notable calidad de ejecución. De hecho se trata de una derivación autógrafa (o quizá una primera elaboración) de una famosa composición de Canaletto, conservada en las Gallerie dell'Accademia de Venecia, que el propio pintor regaló dos años después de haber sido elegido miembro de la Accademia di Pittura e Scultura, pero sólo en segunda instancia, el 11 de septiembre de 1763. Aunque la sección arquitectónica de la Accademia -y, por consiguiente, también la de esta colección- con su casi pedante enfoque analítico, parece cumplir totalmente con los criterios de verosimilitud topográfica que hicieron famoso a Canaletto, la crítica es unánime en considerar que se trata de una visión fantástica, en gran parte creada en el estudio. Tal como ha demostrado irrefutablemente André Corboz, el interior del palacio corresponde a una remodelación, por cambio de estilo, de la Ca' d'Oro, emplazamiento que, sin embargo, resulta irreconocible. Citando a Corboz, la «articulación general de los lugares y la posición de los acentos principales corresponden punto por punto a la Ca' d'Oro, que no aparece en ninguna otra obra. Mirando desde el fondo del "portego" hacia el Gran Canal se ve, a la izquierda, el patio, cuya escalinata poseen la misma planta y la misma disposición que la del cuadro, en el que Canaletto ha conservado la balaustrada de simples cilindros y pequeños leones (estos últimos ausentes en la representación Thyssen). Se ha separado el muro de la calle, aun conservando su altura, para conseguir un espacio abierto alrededor del ala del edificio (una solución distinta de este cuadro). El primer tramo de escalera conduce a una puerta coronada por una ventana, que en el lienzo se convierte en un ojo de buey (no sucede así, como veremos, en el cuadro de la Colección Carmen Thyssen). La cornisa curva de la puerta pintada se corresponde con el arco de descarga de la puerta construida [...]. El pórtico real posee tres intercolumnios en el eje principal; el cuarto que aparece en el lienzo sería el resultado de abatir perpendicularmente el primero. Tanto en el cuadro como en el edificio, los intercolumnios son más anchos que el aerostilo, tal como permite el dintel de madera. Las columnas de la Ca'd'Oro ya son lisas y de estilo corintio. Canaletto las alarga, les coloca anillas y las levanta aún más con un alto zócalo [...]. Trae el portal gótico del arco que se encuentra en el mismo lugar, en la orilla, a la Ca' d'Oro y cierra el espacio a la derecha con un muro visto rasante. Además, transforma el pórtico en el canal en una terraza que prolonga el empedrado del "portego". Finalmente, abriendo el techo, muestra la hilera de ventanales que se abren al patio en la primera planta».
Pequeños, pero no insignificantes, detalles diferencian el prototipo veneciano de su reducida réplica: el lienzo de la Accademia, tres veces mayor que el cuadro que nos ocupa, muestra una solución distinta en la escalinata exterior (mucho más amplia y escenográfica), así como un muro de cierre totalmente distinto y separado (como si se tratase de otro cuerpo arquitectónico). Se trata de un muro enfoscado en color rojo ladrillo en el que ya no hay nicho, y en lugar de la estatua, en el ángulo aparece ahora un jarrón de estilo piranesiano con una planta carnosa. En la cortina falta el escudo, pero también hay diferencias en las figuras humanas que pueblan la galería: el muchacho agachado en primer plano a la izquierda ha desaparecido, reemplazado por la mujer que cose. El mendigo ya no pide limosna y los patos han desaparecido, quedando sólo el perrito, ahora atado a la basa de la columna.
Es más que evidente que en esta obra tardía Canaletto ha hecho gala de su antiguo, pero «genéticamente» genuino, dominio de un arte al que se dedicó en sus primeros años de artista, colaborando con su padre Bernardo Canal (pintor especializado en escenografías de teatro). No se puede negar el parecido que existe con el enfoque escénico de un cuadro de la National Gallery de Londres, cuyo tamaño es tan similar que nos lleva a pensar que se trata de obras pertenecientes a una misma serie. Se trata de Plaza de San Marcos en dirección al este, desde el ángulo sudoccidental, cuya perspectiva está tomada desde el interior del pórtico de las Prucuratie Nuove y recuerda inmediatamente el doble ángulo de perspectiva del «portego» aquí comentado y sorprendentemente similar.
El prototipo veneciano pudo contar con un dibujo preparatorio a pluma y tinta marrón, con acuarelados grises (36 x 29 cm), anteriormente en la Colección Albertini de Roma, que se corresponde en todos sus detalles al lienzo, y un folio del Museo Correr con apuntes arquitectónicos no tan directamente ligados a la realización pictórica, a pesar de la inscripción que aparece en uno de ellos: «Per la cademia». Se conocen numerosas réplicas o copias de este afortunado tema (Constable cuenta ocho de ellas), de las cuales se acepta como autógrafa la pequeña del National Loan Collection Trust de Londres (55, 8 x 41, 9 cm).
Roberto Contini