Paisaje de invierno
Jan van de Cappelle, además de pintar marinas, género al que se dedicó con más intensidad a lo largo de su vida, trabajó las vistas de invierno que, según Valentiner, le permitían experimentar con los fenómenos atmosféricos. Van de Cappelle escogió superficies heladas como las de los canales o las de los ríos, instalando en ambas orillas árboles y construcciones, y animadas con pequeñas figuritas que se entretienen con juegos, charlando o caminando sobre las blancas superficies. El hielo y la nieve permitieron al pintor estudiar y reproducir toda una gama de luces y brillos, plateados o rosas, que el cielo reflejaba en estos espejos. Jan van de Cappelle estaba familiarizado con este tipo de composiciones realizadas por artistas de generaciones anteriores como Hendrick Avercamp o Esaias van de Velde, aunque también tuvo presente los trabajos de Aert van der Neer, a los que superó en organización compositiva y calidad de los efectos atmosféricos.
Paisaje de invierno se organiza con un río helado que ocupa el centro de la pintura y que se abre generosamente en el borde inferior de la tabla, donde el pintor aprovecha para colocar a una serie de figuras. La recesión espacial se consigue con el curso natural de esta vía fluvial, que se enmarca en sus orillas con casas y árboles desnudos colocados en los lugares más próximos al espectador, y con un puente de madera, en la media distancia, que nos conduce a los últimos planos y hacia los matorrales de la orilla izquierda. Van de Cappelle constata los rigores del invierno, especialmente el viento gélido, en el movimiento que da a las ropas de sus personajes. Algunas figuras aprovechan la ocasión invernal para practicar deportes y juegos acordes con la estación, como se observa a la derecha, donde un hombre patina, un muchacho se desliza por el hielo en un diminuto bote o un grupo juega al colf. El cielo azul del borde superior se va cubriendo a gran velocidad con densas manchas de nubes que evocan lluvia y humedad. La composición es representativa del pintor, pues en estas vistas invernales recurrió al motivo del río que se aleja, enmarcado por árboles y arbustos en sus orillas, con botes hundidos y encallados en el hielo. Van de Cappelle pintó unas veinte escenas de invierno y sus óleos más logrados con este tema se ejecutaron entre 1652 y 1653; en ellos sus protagonistas son la meteorología y los efectos atmosféricos.
Stechow mencionó la influencia que estos paisajes ejercieron sobre el pintor Jan van Kessel. En Paisaje de invierno, de una colección privada, Van Kessel reproduce casi literalmente este óleo. En su versión omite las dos figuras de la derecha, varía la media distancia, así como el fondo de la composición y el enfoque que presenta al espectador con un punto de vista más lejano.
La pintura perteneció a la colección de Nicolaas Doekscheer y fue subastada en Amsterdam a su muerte en 1789. La tabla estuvo en el mercado de arte varias veces y figuró en colecciones de Amsterdam, Glasgow, Richmond y Oldenzaal, entre otros lugares. Fue adquirida para la colección Thyssen-Bornemisza en 1969 a través de la galería Cramer de La Haya.
Mar Borobia