Bote abandonado
Frederic Church, uno de los principales paisajistas de la Escuela del río Hudson, nos ha dejado una excepcional galería de imágenes tanto de su país como de las diferentes tierras exóticas a las que viajó a lo largo de su vida. Durante el verano de 1850 Church visitó por primera vez Mount Desert Island, un lugar frecuentado por artistas antes del auge del turismo masivo.Tras un largo viaje, primero en tren a través de Vermont y New Hampshire y a continuación a bordo de un barco de vapor y de una goleta, el artista llegó a esta pequeña isla de la costa atlántica de Maine. Durante su estancia realizó numerosos dibujos y apuntes al óleo, entre los que se encuentra este poético Bote abandonado, fruto de la observación directa de la costa. En su crónica de este viaje, en la que relata las impresiones que le produjeron tanto la isla como sus habitantes irlandeses, Church menciona que una mañana de niebla pintó «el casco de un bote y algunas rocas».
El pequeño bote, representado de forma muy minuciosa en primer plano, adquiere proporciones gigantescas ocupando gran parte de la composición. Al fondo, en un mar de horizonte brumoso, dos parejas pasean en una pequeña barca. Seguramente el artista tomó como punto de partida los apuntes realizados por su maestro Thomas Cole durante sus estancias en la costa de Maine en las décadas anteriores. Asimismo, Church coincide con Fitz Henry Lane en la admiración por la luminosidad difusa y las frecuentes neblinas de la isla para representar las asociaciones románticas del lugar. En Picturesque America, una publicación editada por el escritor William Cullen Bryant para difundir las maravillas de las tierras americanas, se puede leer sobre Mount Desert Island: «Es un placer único el sentarse en un promontorio rocoso, en un día en que la niebla y el sol rivalizan por su supremacía, y mirar las imágenes que la niebla hace y deshace».
Además, como apunta John Wilmerding, la pintura tiene «un contenido narrativo implícito en el bote abandonado», que puede interpretarse como una metáfora de la condición humana, según la costumbre de representar recipientes vacíos como símbolos del viaje de la vida. Por su parte, Katherine E.Manthorne relaciona esta obra con la publicación en 1851 de Moby Dick de Herman Melville, una novela sobre los balleneros de Nueva Inglaterra que demuestra la sintonía del artista con los intereses del público.
A su regreso a Nueva York, Church expuso en la National Academy of Design, en la American Art-Union y en la Pennsylvania Academy of the Fine Arts. Con este motivo el New York Daily Tribune destacó el especial éxito de «una pequeña pintura representando un bote viejo varado en la costa y con la niebla deslizándose sobre el mar».
Paloma Alarcó