Retrato de Miriam Kilby, mujer de Samuel Hill
En este retrato, casi de cuerpo entero, la grandiosa figura de Miriam Kilby (1696-1765), esposa del comerciante bostoniano Samuel Hill, domina la mayor parte del lienzo. A su alrededor, la composición, de una gran sobriedad, está organizada a base de unos pocos elementos, como la sencilla cortina roja del fondo o los libros colocados sobre la mesa junto a la que posa la modelo. El brillante color blanco de su toca de muselina, del pañuelo colocado sobre sus hombros o de los volantes de sus mangas destaca dentro de una composición en la que predominan las tonalidades cálidas de colores rojos y marrones. A diferencia de otros retratos de Copley, en los que generalmente coloca algún objeto en las manos de sus modelos, las de Mrs.Hill descansan plácidamente entrelazadas sobre su regazo, lo que confiere una mayor dignidad a su pose y nos habla de una persona austera y tranquila.
Es en esta época cuando Copley empieza a pintar retratos de mujeres maduras de penetrantes rostros que nos revelan su personalidad. Miriam Kilby, que se acerca a los setenta años en el momento de ser retratada, nos ofrece un aspecto de fuerza y autoridad. Como apuntaba John I. H. Baur, «sus rasgos sugieren una mujer escéptica del mundo, pero tolerante y con sentido del humor».
Paloma Alarcó