Joseph Cornell
Nyack, 1903-Flushing, 1972
Joseph Cornell estuvo cercano al surrealismo en Estados Unidos. En sus características cajas, en las que introducía objetos y grabados, desarrolló todo un universo de símbolos personales.
El interés por el arte de Cornell comenzó durante la década de 1920, cuando trabajaba como comerciante textil. Durante esa época visitó numerosas exposiciones de arte contemporáneo y, en 1931, conoció la recién inaugurada galería de Julien Levy, donde en aquel momento se exponía una serie de collages de Max Ernst. Poco después, el propio Cornell mostraría a Levy sus collages y, gracias a él, tomó contacto con muchos artistas surrealistas, entre los que cabe destacar a Marcel Duchamp. En 1932 sus obras se incluyeron en la primera exposición de arte surrealista que se organizó en la galería de Levy y en noviembre del mismo año se celebró allí mismo su primera muestra individual. En un principio reutilizó cajas, pero entre 1932 y 1935, gracias a un vecino, aprendió a trabajar la madera y, desde entonces, casi siempre las construiría él mismo. En 1936, una de estas últimas se incluyó en la exposición Fantastic Art, Dada, Surrealism organizada por Alfred H. Barr en el Museum of Modern Art de Nueva York. A pesar de todo, Cornell no se sintió identificado con todos los principios del movimiento francés, alejándose de ellos en su falta de interés por el subconsciente o por los temas eróticos.
En torno a 1936 Cornell realizó Rose Hobart, una película-collage en la que reutilizó escenas de East of Borneo (1931) en la que Rose Hobart había sido la protagonista. Posteriormente, en la década de 1950, colaboró en la producción de otras películas junto con Rudy Burckhardt y Stan Brakhage. Tras dejar de trabajar como diseñador textil, actividad que desempeñó desde 1934 hasta 1940, dedicó mayor atención a escribir y publicó muchos artículos para View y Dance Index.
La muerte de su hermano y su madre, con los que había vivido hasta entonces, y el empeoramiento de su propia salud provocaron que durante los últimos años de su vida su actividad artística disminuyese considerablemente.
El interés por el arte de Cornell comenzó durante la década de 1920, cuando trabajaba como comerciante textil. Durante esa época visitó numerosas exposiciones de arte contemporáneo y, en 1931, conoció la recién inaugurada galería de Julien Levy, donde en aquel momento se exponía una serie de collages de Max Ernst. Poco después, el propio Cornell mostraría a Levy sus collages y, gracias a él, tomó contacto con muchos artistas surrealistas, entre los que cabe destacar a Marcel Duchamp. En 1932 sus obras se incluyeron en la primera exposición de arte surrealista que se organizó en la galería de Levy y en noviembre del mismo año se celebró allí mismo su primera muestra individual. En un principio reutilizó cajas, pero entre 1932 y 1935, gracias a un vecino, aprendió a trabajar la madera y, desde entonces, casi siempre las construiría él mismo. En 1936, una de estas últimas se incluyó en la exposición Fantastic Art, Dada, Surrealism organizada por Alfred H. Barr en el Museum of Modern Art de Nueva York. A pesar de todo, Cornell no se sintió identificado con todos los principios del movimiento francés, alejándose de ellos en su falta de interés por el subconsciente o por los temas eróticos.
En torno a 1936 Cornell realizó Rose Hobart, una película-collage en la que reutilizó escenas de East of Borneo (1931) en la que Rose Hobart había sido la protagonista. Posteriormente, en la década de 1950, colaboró en la producción de otras películas junto con Rudy Burckhardt y Stan Brakhage. Tras dejar de trabajar como diseñador textil, actividad que desempeñó desde 1934 hasta 1940, dedicó mayor atención a escribir y publicó muchos artículos para View y Dance Index.
La muerte de su hermano y su madre, con los que había vivido hasta entonces, y el empeoramiento de su propia salud provocaron que durante los últimos años de su vida su actividad artística disminuyese considerablemente.