Cacatúa Juan Gris n.º 4
La profunda admiración que sentía Joseph Cornell por la obra de Juan Gris pudo ser la causa de su alejamiento de las fórmulas surrealistas y de su paulatina aproximación al lenguaje del cubismo. La influencia de las composiciones cristalinas del pintor cubista y la utilización del collage comenzarían a hacerse notar hacia mediados de los años cincuenta. Cornell, que estaba más cerca de ser un poeta que un artista plástico, además de recolectar todo tipo de artefactos para construir sus obras, trabajaba intensamente en la elaboración de pequeños cuadernos en los que acumulaba notas o recortes sobre los asuntos que le interesaban. La fascinación por Gris le llevó a confeccionar un cuaderno especial dedicado al pintor en el que recopiló recortes sobre su obra, entremezclados con notas suyas, que le servirían de base para algunas de sus construcciones.
Cacatúa Juan Gris n.º 4, fechada hacia 1953-1954, pertenece a un conjunto de cajas realizadas en homenaje al artista español en las que el motivo central es una peculiar imagen de una cacatúa recortada y pegada sobre un soporte de madera y rodeada de algunos motivos y técnicas cubistas. En el presente ejemplo, Cornell ha añadido a la cacatúa la silueta de su sombra, recortada en un papel negro, inspirado quizá por la sombra del personaje que aparece en la pintura de Juan Gris Hombre en un café, de 1914, que se presentó en la Sidney Janis Gallery de Nueva York en 1953 y que figura mencionada en las notas del artista.
En el collage del fondo, compuesto a base de recortes de un periódico de papel amarillento de agosto de 1878, y que también cubre la trasera de la caja, puede leerse una crónica sobre «Los ciclos de Venus», que refleja el interés de Cornell por la astronomía. En la exposición de su obra celebrada en 1955 en la Stable Gallery presentó diversas construcciones que aludían a las constelaciones.
Aunque la oscura simbología de una mente erudita y laberíntica como la de Cornell no siempre es fácil de descifrar, cuesta trabajo no relacionar este pájaro confinado en una urna con la propia reclusión de Cornell, una rara avis dentro del panorama artístico americano.
Paloma Alarcó