Interior de la iglesia de Mantes
Camille Corot viajó por primera vez a Rosny, cerca de Mantes, junto con su amigo de la infancia Abel Osmond, a la casa de su tío André Osmond, bibliotecario de la fabulosa colección de la duquesa de Berry.El artista se sintió fascinado por el lugar y, tras la muerte de Osmond, continuó visitando a su viuda, que incluso le facilitó un pequeño taller en una edificación aneja a su casa. A través de Mme. Osmond recibió el encargo de realizar unas pinturas decorativas para el cuarto de baño de la nueva casa de su sobrino Parfait Robert, que se instaló en Mantes en 1840.
Corot había incluido la silueta de la catedral de Mantes en varios de sus paisajes, pero en esta pintura del Museo Thyssen-Bornemisza representa el depurado estilo gótico de sus naves. Los interiores de iglesias, en la tradición de la pintura holandesa, no fueron un motivo especialmente utilizado por Corot. A lo largo de su carrera el pintor francés únicamente realizó tres: el primero, en 1834, Venecia. Interior del Baptisterio de San Marcos ; el segundo, entre 1865 y 1870, este Interior de la iglesia de Mantes; y el último, en 1874, Vista del interior de la catedral de Sens.
Como apunta Rodolphe Walter, en la obra de la colección Thyssen-Bornemisza Corot «busca la dificultad en la ejecución al elegir un punto de vista oblicuo que le permite ofrecer un detalle pintoresco, es decir, romántico, de un interior de iglesia célebre por su arquitectura». A través de esta vista sesgada logra dar un especial protagonismo a las columnas que enmarcan un tramo de la nave lateral cubierta con bóvedas de crucería, en cuya ejecución Corot pone un mayor empeño que en la parte baja de la tela. Las dos figuras que se vislumbran en la composición, un personaje masculino bajando la escalera y una mujer en oración —que, según el mencionado autor, podrían ser el juez Parfait Robert y Mme. Robert o Mme. Osmond —, dan una cierta animación a la composición.
Paloma Alarcó