La Familia Bentivoglio
Lorenzo Costa, nacido en Ferrara, se formó con el pintor ferrarés Ercole de’Roberti. A principios de la década de 1480 está documentado en Bolonia, en la corte de Giovanni II Bentivoglio (Bolonia, 1443-Milán, 1508), que gobernó en esta ciudad entre 1463 y 1506, y que en 1464 contrajo matrimonio con la viuda de Sante Bentivoglio, Ginebra Sforza, sobrina de Francisco II, duque de Milán, con la que tuvo doce hijos. Giovanni II consiguió reunir en su ciudad una corte próspera y brillante que dejó su impronta en iglesias y palacios. Lorenzo Costa, entre otros trabajos, decoró para los Bentivoglio el oratorio de Santa Cecilia y la capilla familiar, ambos en la iglesia de San Giacomo Maggiore, y también intervino en la decoración del palacio nuevo, destruido en 1502.
Gracias a las inscripciones del borde superior de esta pintura, podemos identificar a todos los personajes, colocados en fila y agrupados alrededor de Alessandro Bentivoglio, que es quien sostiene la partitura. Así, en la hilera superior, de izquierda a derecha, tenemos a Bianca Rangona, Monsignore Bentivoglio, dos cantores anónimos, y cerrando, a la derecha, Caterina Manfredi. En la hilera inferior, en el mismo orden, el autorretrato del pintor, Pistano, Hermes Bentivoglio —de rojo, frente al espectador—, un canónigo y, por último, Alessandro Bentivoglio. No fue ésta la única vez que el pintor retrató a la familia Bentivoglio; en 1488, Lorenzo Costa ya había dejado reflejados, en los muros de San Giacomo Maggiore, a Giovanni II y a su esposa, junto con once de sus hijos. Comparando esta obra y nuestro cuadro, se han detectado parecidos entre Hermes y Alessandro Bentivoglio y Bianca Rangona, pese a la idealización que presentan en nuestra tela.
Este retrato colectivo, que se encuentra sin acabar, es interesante por varios detalles. El primer punto a destacar en él es el autorretrato que el pintor incorpora y la sugestiva forma en que lo hace, ya que nos deja una valiosa imagen de una actividad cotidiana de la corte donde servía y, en consecuencia, del Renacimiento italiano. Costa utilizó su gorro para colocar la firma y la fecha de la pintura, aunque éstas resultan, a simple vista, casi ilegibles. El segundo punto a subrayar, como indicó Rudolf Heinemann en 1969, es que se trata de uno de los primeros retratos colectivos italianos.
La pintura, que ha formado parte de la colección Thyssen-Bornemisza desde la década de 1930, fue adquirida a la galería Mercuria de Lucerna en 1934. En los archivos se conservan los informes previos a su compra, firmados en el mismo año de su adquisición, en abril, por Wilhelm Suida y Tancred Borenius, y, en mayo, por Lionello Venturi. Los tres historiadores adscribieron la obra a Lorenzo Costa.
El año que figura en la pintura es acorde con la moda que lucen las figuras en nuestra tela. Sin embargo, Roberto Longhi, en 1956, a pesar de la fecha inscrita, dató el lienzo hacia 1490, relacionándolo con otro óleo del pintor, Un concierto, conservado en la National Gallery de Londres, y recalcando la similitud estilística entre ambas obras.
Mar Borobia