24 de diciembre: abrimos de 10:00 a 15:00. 25 de diciembre: museo cerrado.

Lucas Cranach, el Viejo fue una de las figuras artísticas más importantes del siglo XVI en Alemania junto con Alberto Durero. Tomó el nombre de su ciudad natal Kronach, donde se formó en el taller familiar. Trabajó para el Emperador Maximiliano y viajó a los Países Bajos, estancia que influyó en su estilo suavizando las formas de sus personajes. Se dedicó al género del retrato, a la pintura religiosa y al grabado y estuvo ligado a las ideas de la Reforma, no obstante también trabajó para la clientela católica. Se trasladó a diferentes ciudades de Alemania y Austria como Viena, Wittenberg, Augsburgo, Innsbruck y finalmente Weimar, dónde murió, para ejecutar los encargos de sus clientes más distinguidos. En esta obra Cranach nos presenta en primer término a la Virgen con un ligero esfumado reflejo de la influencia italiana. Sin embargo el estilo que caracterizará a Cranach, difiere mucho del arte italiano pues creó un prototipo femenino, inconfundible en el renacimiento alemán. Aquí el Niño está sentado sobre el regazo de María y sorprende por lo poco agraciado de su rostro. Toma una uva del racimo que sostiene su madre, fruta que se ha relacionado con la Eucaristía y con su papel de redentor. Como fondo, el pintor ha elegido un bosque con una fortaleza a la derecha, en cuyo camino se aprecia una figura, que se ha identificado con san José. Este edificio y el pino del lado izquierdo son elementos recurrentes en sus composiciones religiosas. En esta tabla destaca la minuciosidad con que esta resuelto el paisaje, en contraste con la monumentalidad de las figuras. El óleo está firmado en el paramento situado tras la Virgen con su característica serpiente alada.

Siglo XVIs. XVI - Pintura germánicaPinturaÓleotabla
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