Nació hacia 1455 en Oudewater, cerca de Gouda, Holanda. En cuanto a su formación se ha barajado la posibilidad de unos inicios junto a los pintores Albert van Ouwater y Geertgen tot Sint Jans (Gerardo de San Juan), aunque no existen pruebas que lo documenten. Asimismo parece muy probable una estancia en Lovaina, en el taller de Dirk Bouts, donde pudo colaborar con sus hijos. Su nombre aparece registrado por primera vez en 1484, en el gremio de pintores de Brujas, en cuya institución desarrolló diferentes e importantes cargos a lo largo de su vida. Nunca abandonó la ciudad Brujas a pesar de que en 1515 está mencionado también en el gremio de la ciudad de Amberes.

Su catálogo lo constituyen unas sesenta obras autógrafas y algunos libros miniados, como el Libro de Horas que se encuentra en el monasterio de El Escorial. En sus pinturas aparece un sfumato, que ha llevado a pensar que quizás realizara un viaje a Italia. En su estilo se registran diferentes etapas. Una primera, entre 1484 y 1490, en la que se detecta la influencia de la obra de Dirk Bouts, especialmente en la composición del paisaje, y de Jan van Eyck, en los detalles y en las figuras. De este periodo es La Crucifixión del Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid y La Natividad del Metropolitan Museum de Nueva York. Sus dos únicas obras documentadas, el díptico de La justicia de Cambises, de 1498, y La Virgo inter Virgines del Musée des Beaux Arts de Ruán, de 1509, son de su etapa de madurez, en la que también destaca el tríptico del Bautismo de Cristo del Groeningemuseum de Brujas, realizado entre 1502 y 1508. En sus últimos años, entre 1510 y 1515, secularizó algunos temas adaptándolos a los nuevos tiempos, siendo un ejemplo La Virgen de la sopa de leche de los Musées Royaux des Beaux Arts de Bruselas y El descanso en la huida a Egipto del Museo Nacional del Prado de Madrid.

Es un pintor importante no sólo por su indiscutible calidad artística, sino también por sus innovaciones en el campo temático y en la organización del taller. Se le considera un precursor de la pintura de paisaje, donde sentó las bases para el desarrollo de un género que impulsó Joachim Patinir. Finalmente, Gerard David aúna en su obra lo mejor de los grandes maestros flamencos como Campin, Van Eyck, Van der Weyden y Van der Goes, cuya lección interpretó de una forma personal. Sus discípulos más sobresalientes fueron Ambrosius Benson y Adriaen Isenbrandt, que ejercieron de elemento difusor de su estilo por toda Europa.

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