Sweet Caporal
Stuart Davis confesaba: «Las dos fuerzas dominantes en mis momentos iniciales de aprendizaje artístico fueron las enseñanzas de Robert Henri y la pintura moderna europea del Armory Show». La pintura de Davis es un intento permanente de reconciliación entre realismo y abstracción, entre el compromiso con los temas americanos, según las enseñanzas de su maestro Robert Henri, y la abstracción que venía del extranjero, entre la necesidad de plasmar la realidad circundante y la creencia de que un cuadro era un objeto independiente de esa realidad. En sus denominadas Tobacco still-lifes, de comienzos de los años veinte, inspiradas en los paquetes de tabaco, como este Sweet Caporal, de la colección Thyssen-Bornemisza, no sólo explota el potencial formal de dichos objetos sino que además le interesan como productos culturales. Quizás, como sugiere Bonnie L. Grad, esta apropiación de diferentes objetos de la vida diaria le viene de las obras dadaístas de Marcel Duchamp, pero también —como apunta Barbara Zabel— anticipa varias décadas las Campbell’s Soup de Andy Warhol.
Con un lenguaje heredado del cubismo sintético, en Sweet Caporal Davis nos muestra su fascinación por la reproducción de las palabras de los envoltorios de productos de consumo moderno o de los letreros de los anuncios publicitarios, que le sirven además para enfatizar la bidimensionalidad de la composición pictórica. El cubismo le dio la clave para pasar de la percepción a la conceptualización y emprendió un nuevo tipo de pintura basado en los collages cubistas con una serie de planos solapados, en un juego continuo entre perspectiva y bidimensionalidad.
Sweet Caporal, «Sweet Caps», como se conocía popularmente, era una marca de tabaco comercializada por la American Tobacco Company desde finales del siglo XIX, que se hizo muy popular durante la Primera Guerra Mundial, quizás por sus connotaciones militares, pues según menciona Barbara Zabel, el American Heritage Dictionary define la palabra «caporal» como «un cigarrillo oscuro y tabaco de pipa muy fuerte que procede del francés “tabac de caporal”».
Paloma Alarcó