La prímula
Como la mayoría de los componentes de la primera generación de modernistas norteamericanos, Charles Demuth pasó largas temporadas en París, donde entró en contacto con los círculos literarios y artísticos de la vanguardia. Pronto se convirtió en un artista especialmente receptivo a todo tipo de influencias, que se tradujeron en una inteligente conjunción de referencias europeas y contenidos propiamente americanos.
Durante su primera estancia en la capital francesa, en 1907, se había sentido atraído por la pintura fauve, cuyos colores y formas expresivas influyeron en sus comienzos artísticos, y en su segunda visita, en 1912, descubrió el cubismo. Fue entonces cuando frecuentó a su compatriota el pintor Marsden Hartley, quien le pondría en contacto con el círculo neoyorquino de Alfred Stieglitz. A su regreso, realizó ilustraciones para Nana de Émile Zola, Otra vuelta de tuerca de Henry James y La máscara de la muerte roja de Edgar Allan Poe, y su estilo lineal alcanzó un significativo prestigio.
La prímula es una delicada y extraña pintura de pequeño formato muy poco conocida. Representa un ejemplar de esta planta colocada en un tiesto de barro, vista a través de una ventana. Los listones de madera de la ventana, en vertical y horizontal, dan una cierta idea de orden, y su disposición descentrada confiere a la composición una nota de misterio. La situación de la planta sobre un fondo oscuro nos da a entender que se encuentra en un interior, colocada junto al cristal para recibir la luz, y que por tanto la contemplamos desde fuera. Se trata de una pintura menos precisa, de contornos más desdibujados que las demás composiciones de flores del pintor, si bien se trata de una de las más potentes. El color se ha restringido a una paleta de negros, verdes grisáceos y diversos tonos amarillos y anaranjados, y simultáneamente da muestra de las preocupaciones formales que Demuth había aprendido de Cézanne.
La obra perteneció al coleccionista de Columbus Ferdinand Howald (1856-1934), que la donó a la Columbus Gallery of Fine Arts, donde permaneció varias décadas.
Paloma Alarcó