Teatro de máscaras
Para el pintor belga James Ensor las máscaras, diabólicas y caricaturescas, serían uno de los temas primordiales de toda su producción artística. Familiarizado desde niño con las máscaras que se vendían en la tienda de sus padres con motivo de los tradicionales carnavales de Ostende, su ciudad natal, el artista las utilizará de forma obsesiva como metáfora de la soledad del individuo en la nueva sociedad de masas. Esta inquietante imaginería, que le vincula a la gran tradición de la pintura flamenca de Bruegel y El Bosco, o a las imágenes grotescas de Daumier y Goya, cuyas composiciones fantasmagóricas copiaba en su juventud, le han convertido en un artista inclasificable. Por otra parte, el poeta belga Émile Verhaeren en su libro dedicado a Ensor comparaba los teatros de máscaras de Ensor con las fiestas galantes de Watteau. Además, su peculiar obra marcaría tanto a los expresionistas alemanes como a los surrealistas franceses, e incluso podemos ver su huella en las deformaciones de De Kooning y Dubuffet.
El Teatro de máscaras de la colección del Museo Thyssen-Bornemisza muestra una representación teatral en el seno de un luminoso escenario dentro de un estilo derivado de su particular traducción del simbolismo. Las máscaras con las que ocultan su rostro los actores se combinan con los rostros caricaturescos del público asistente a la representación. En el Musée Royal des Beaux-Arts de Amberes existe una obra muy similar a la de la colección Thyssen-Bornemisza, fechada en 1889, aunque de tamaño más reducido y que responde sin duda a la conocida afición de Ensor a repetir sus composiciones en numerosas ocasiones.
En una carta dirigida al barón Thyssen-Bornemisza por el eminente especialista suizo del impresionismo François Daulte, menciona que, según lo recordaba su amigo el doctor Fritz Trüssel (antiguo propietario del cuadro), el marco dorado en forma de escenario fue realizado siguiendo las indicaciones del artista para aumentar la impresión de trompe l’oeil del escenario que enmarca la imagen.
Paloma Alarcó