Contemporáneo de los pintores impresionistas, el francés Henri Fantin-Latour destacó por sus cuadros florales y sus retratos de grupo de los intelectuales parisienses de la época. Hijo del también pintor Théodore Fantin-Latour, que le inició en el arte de la pintura, asistió a clases en la École de Dessin de París. Sin embargo, su verdadera formación la encontró en la copia de los maestros clásicos del Musée du Louvre, especialmente Tiziano y Veronés. Posteriormente, en 1861, fue discípulo durante un breve periodo de Gustave Courbet, aunque su realismo discreto e íntimo, tan diferente del de su maestro, hizo que pronto siguiesen caminos diferentes.

En 1855 conoció a James Whistler y con él realizó el primero de sus viajes a Gran Bretaña. Allí encontró la mejor clientela para sus bodegones y pinturas florales, que alcanzaron una fama extraordinaria por su realismo, comparable al de la pintura holandesa del siglo XVII.

Desde 1861 expuso asiduamente en el Salon. En 1863 estuvo representado en el Salon des Refusés y en 1864 participó en el homenaje a Eugène Delacroix. Sin embargo, y a pesar de su amistad con Édouard Manet, rechazó la invitación para participar junto a los impresionistas en su primera muestra de 1874.

A partir de la década de 1870 el giro hacia una temática más literaria le relacionó con el simbolismo. Paralelamente, en sus obras se reflejó su descubrimiento de la música contemporánea alemana de Robert Schumann, Johannes Brahms y Richard Wagner, que también le sirvió como fuente de inspiración. Murió en 1904 en Orne, lugar donde desde la década de 1870 pasaba los veranos junto a su mujer.

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