San Francisco estigmatizado, sostenido por un ángel
Ferraù Fenzoni, formado en el último manierismo, está documentado en Roma y en Umbría, donde dejó numerosos trabajos. En su estilo se ha visto una afinidad con el de Federico Barocci, especialmente en el colorido y en el uso de la luz. En Roma, colaboró con Andrea Lillo realizando una serie de decoraciones para estancias del Vaticano, siendo precisamente en esta ciudad donde dejó, en dos de sus iglesias, sus mejores obras: en Santa Maria in Trastevere y Santa Maria Maggiore. De su etapa en Umbría hay que destacar sus trabajos para la catedral de Todi y la decoración para la catedral de Perugia, donde, en su Martirio de san Lorenzo, se percibe un cambio en la pincelada. A partir de 1599, Ferraù Fenzoni regresó a Faenza, donde continuó activo hasta su muerte en 1645. Precisamente en este periodo, en el que el pintor vuelve a establecerse en su ciudad natal, es en el que está fechado el lienzo del Museo.
Entre los episodios de la vida de san Francisco, la estigmatización fue uno de los temas con más fortuna en la Contrarreforma. A la visión del santo en el monte Albernia, con la impresión de los estigmas en sus manos, pies y costado, hay que añadir la aparición de ángeles que, como en este caso, sostienen al santo desmayado por la intensidad y la emoción padecidas. La presencia divina en nuestra tela se insinúa no sólo por la figura de un ángel protector, que asiste al santo extenuado por la penitencia, sino por unos finos rayos de luz, procedentes de un rompimiento de gloria que intuimos en el cielo y hacia donde el ángel dirige sus ojos.
Fenzoni emplea para este suceso una composición sencilla y clara, en la que coloca sus personajes en primer término, lugar donde destacan también los instrumentos de meditación del santo: la calavera y el libro. La luz y la iluminación que emplea, con fuertes contrastes, ponen su acento en las zonas más emotivas, como son las manos de san Francisco, con sus estigmas, parte de su cabeza y del rostro, en el que se percibe su llanto, y la cara del ángel que, por su posición, nos remite al cielo.
La pintura ha sido fechada por Giuseppe Scavizzi en la segunda década del siglo XVII, datación que también comparte Roberto Contini, que ve en la composición elementos de la Contrarreforma de finales del siglo XVI, así como un detallado estudio de la luz en determinados objetos que enlaza con la obra romana de Caravaggio. Sin embargo, para Filippo Todini, que la comparó con el fresco del Juicio Final de la catedral de Todi, se inscribe a finales del siglo XVI. Contini, en su estudio, ha llamado la atención sobre las manos elegantes de san Francisco y del ángel, de dedos delgados y finos, y que confrontó con las de las figuras de La Sagrada Familia de la Galleria Spada en Roma. Este historiador también subrayó el parecido que hay entre nuestros personajes y los de dos trabajos de Fenzoni: La huida a Egipto, pintada para la iglesia romana de Santa Maria Maggiore, y el Martirio de san Lorenzo, en la catedral de Perugia.
El lienzo ingresó en la colección Thyssen-Bornemisza, en 1977, procedente de una colección privada italiana.
Mar Borobia