La lamentación sobre Cristo muerto
Esta tablita procede de la colección francesa del duque de Blacas de Aulps y entró en la colección Thyssen-Bornemisza en 1956. El primer catálogo donde apareció fue el de 1958 y en él, por indicación de Friedländer, se adscribió a Hugo van der Goes. La atribución a Juan de Flandes fue sugerida por Winkler y recogida por Ebbinge-Wubben en la publicación de la Colección de 1969, aunque Elisa Bermejo, con anterioridad había incluido la obra en la monografía del artista y la había fechado hacia 1500.
Esta composición, que no sabemos si fue diseñada como una obra autónoma o formó parte de un conjunto más complejo, está inspirada en una pintura perdida de Van der Goes, conocida a través de copias como la que se conserva en Granada, en el Instituto Gómez Moreno. Juan de Flandes tomó de Van der Goes el grupo principal con Cristo y la Virgen, introdujo cambios en san Juan y María Magdalena, presentes también en la pintura de Van der Goes, pero sobre todo modificó el paisaje que sirve de marco a la escena. Este dramático episodio, en el que la Virgen expresa su dolor con el significativo gesto de llevarse la mano al pecho, se ha colocado a los pies del Gólgota, y Juan de Flandes ha optado por incluir en él un fragmento del Calvario con el Buen Ladrón, que todavía permanece en los maderos. Esta variante, respecto a la pintura de Van der Goes, se complementa con un macizo rocoso, a la izquierda, que sirve para equilibrar el conjunto y que deja, en el centro, un espacio para una vista que, con sus lomas y árboles, nos introduce en los últimos planos de la pintura. Las figuras de la Magdalena, que permanece arrodillada a la izquierda, y de san Juan, en el centro, se insertan con dificultad en el espacio, hecho que es más evidente en el caso del apóstol, por su postura y proporción.
Los sugestivos y extraños troncos de árboles partidos que Juan de Flandes introduce en la ladera de la colina y entre las cruces tal vez sean una alusión, como ha sugerido con reservas Santiago Alcolea, al papel de Cristo reseñado en tres pasaje de Isaías5. Este mismo historiador subrayó la presencia de estos troncos, toscamente biselados, en otras pinturas del artista, como una Lamentación, conservada en una colección privada. Un antecedente significativo para este detalle se encuentra en la tabla con el mismo asunto de Geertgen tot Sint Jans de la Gemäldegalerie de Viena.
Volviendo a la pintura de Hugo van der Goes mencionada más arriba, Juan de Flandes también sustituyó sus modelos por otros de tipología propia. Así, dentro de su producción hallamos ejemplos parecidos a la Magdalena del Museo Thyssen-Bornemisza en varias figuras del políptico de la reina Isabel la Católica. El grupo central de esta Lamentación sobre Cristo muerto, pero con las modificaciones propias del cambio de formato, se adaptó a la escena central de la predela del altar de San Miguel de Salamanca.
Mar Borobia