Pier Francesco Foschi
Foschi, también conocido como Pier Francesco Toschi, fue un artista ignorado por la crítica hasta 1953, cuando Longhi lo descubrió. Hoy está considerado como uno de los pintores más sobresalientes del Cinquecento florentino. Foschi, hijo de un pintor poco conocido llamado Jacopo di Domenico, se formó en su ciudad natal, en el taller de Andrea del Sarto. Una de las primeras noticias que tenemos de él es de 1536, cuando se encontraba trabajando en la decoración de la logia de la Villa di Careggi bajo la dirección de Pontormo. También participó en dos de los grandes programas decorativos que se llevaron a cabo en la ciudad: los esponsales de Cosme I de Medici con Eleonora de Toledo, en 1539, y los de Francisco de Medici con Juana de Austria, en 1565. En su estilo maduro se fusionan notas de la pintura de su maestro con las de otros artistas florentinos coetáneos, como Sogliani, Bachiacca o Bandinelli, y especialmente con la de Pontormo y Bronzino, habiendo estado algunas de sus obras, principalmente retratos, erróneamente atribuidas a estos últimos.
Entre sus pinturas más importantes se encuentran el retablo de La Virgen y el Niño con san Benedicto y san Bernardo, realizado para San Barnaba, en Florencia, la tabla de San Pedro y el beato Filippo Benizi, de la iglesia de San Benedicto de Pisa, y La disputa sobre la Inmaculada Concepción y La Resurrección, ambas ejecutadas para la iglesia del Santo Spiritu, entre 1544 y 1550. También fue importante su actividad como retratista, siendo alguno de sus mejores ejemplos en este género el Retrato de Bartolommeo Compagni, de la colección Stirling, en Escocia, Retrato de Lorenzo Gualterotti, de la Johnson Collection en Filadelfia, y Retrato de un hombre, conservado en Florencia, en la Galeria Corsini.