En el puerto
Albert Gleizes fue uno de los organizadores, junto a Jean Metzinger y Henri Le Fauconnier, de la «Salle 41» del Salon des Indépendants de 1911, que supuso la presentación en sociedad de los cubistas, con la ausencia de Picasso y Braque, y en 1912 publicó, junto a Metzinger, Du Cubisme, el primer ensayo teórico sobre este movimiento. Durante la Gran Guerra el artista logró no ser movilizado y residió entre Nueva York y Barcelona. En el verano de 1916, que lo pasó en España junto a su mujer, Juliette Roche, estableció un estrecho contacto con el grupo de artistas refugiados en nuestro país durante la contienda, como Francis Picabia, Robert y Sonia Delaunay, o Marie Laurencin y su marido alemán, Otto van Watgen, y se mantuvo fiel al lenguaje cubista. Como plantea Kenneth E. Silver, la guerra provocó un incremento del sentimiento nacionalista que para los antiguos miembros de la vanguardia, como Gleizes, se identificó con el cubismo.
En el puerto no sólo supone un manifiesto en favor del cubismo, sino que además es un homenaje de Albert Gleizes a la moderna metrópolis, a través de una mezcolanza de imágenes del puerto de Barcelona y de la ciudad de Nueva York. Si comparamos esta pintura con una fotografía del puerto de Barcelona de principios de siglo, comprobamos que, mientras que el ritmo dentado de los edificios de la izquierda de la composición responde a la imagen real, las torres de Vía Laietana, de la Catedral y de Santa María del Mar han sido claramente esquematizadas en la pintura. Entre las referencias neoyorquinas, podemos distinguir los característicos cables tirantes del puente de Brooklyn. Por otra parte, en medio de todas estas superposiciones se distinguen unas zonas onduladas que representan la estela que deja un barco y las olas de las aguas del puerto. Para Christopher Green el tema central de la pintura es el transporte, por la presencia del mar, los edificios portuarios y la proa del barco y para este autor «el puerto representa el fluir de la experiencia a través del espacio y del tiempo».
La existencia de numerosos trabajos preparatorios de este óleo de gran formato nos hace pensar que el pintor puso gran empeño en su ejecución. Existen dos estudios tempranos de El puerto de Barcelona, realizados durante su estancia en la ciudad condal —un dibujo en tinta de formato horizontal y otra composición sobre papel que aparece en el catálogo de la exposición retrospectiva de Gleizes de 1964 — y cuatro composiciones verticales, realizadas en Nueva York entre 1916 y 1918. La obra final fue comprada al artista en 1936 por Solomon R. Guggenheim (1861-1949) y perteneció durante bastante tiempo a la colección de The Solomon R. Guggenheim Foundation. Se exhibió en la presentación de la mencionada colección, organizada en 1939 por Hilla Rebay, con el título The Art of Tomorrow. The Museum of Non-Objective Art, en su primera sede de la calle 54 de Nueva York, y en la gran retrospectiva del artista organizada por Daniel Robbins en 1964 en el mismo museo. Entró en la colección Thyssen-Bornemisza en 1975.
Paloma Alarcó