Arshile Gorky
Nacido en Armenia, Arshile Gorky se convirtió en uno de los pioneros del expresionismo abstracto, corriente surgida en Nueva York después de la Segunda Guerra Mundial. Su nombre de nacimiento era Vosdanig Adoian, pero adoptó el pseudónimo con el que se le conocía a comienzos de la década de 1920 con el propósito de hacerse pasar por el sobrino del escritor ruso Maksim Gorky. La infancia y juventud de Gorky estuvieron marcadas por la invasión turca de Armenia durante la Primera Guerra Mundial, que tuvo como consecuencia que su padre se exiliase en Estados Unidos y que él, su madre y su hermana tuvieran que huir de las tropas turcas a pie, lo que acabó con la vida de su madre. En 1920 llegó a Nueva York y estudió diseñó en Providence y Boston. En 1925 se matriculó en la Grand Central Art School, donde pronto comenzó a dar clases. Desde el principio, sus obras se centraron en sus vivencias personales, primero en un estilo de inspiración impresionista y, durante su etapa neoyorquina, más cercano al cubismo sintético. Por entonces, la Works Progress Administration, que había establecido un plan de ayuda a los artistas durante la Gran Depresión, le encargó diversas pinturas murales.
La lectura de Surrealismo de Julien Levy en 1936 acercó a Gorky a esta corriente e hizo que en sus pinturas apareciesen figuras biomórficas que recordaban las de Joan Miró y André Masson. Cuando, a comienzos de la década de 1940, muchos de los artistas surrealistas se instalaron en Nueva York, Gorky entabló amistad con Roberto Matta y André Breton. Al contrario que los surrealistas, Gorky no tomaba sus temas ni del subconsciente ni del mundo de los sueños, sino que su fuente de inspiración estaba siempre basada en experiencias vividas en su tierra natal.
En torno a 1946 sus obras, que ya desde la época cubista habían estado pobladas de figuras distorsionadas y amenazantes, comenzaron a transmitir aún con mayor intensidad la angustia vital que padecía. A pesar de que por entonces su obra había recibido cierto reconocimiento, no alcanzó una estabilidad financiera. A ello se sumó el incendio de su estudio, el diagnóstico de cáncer de garganta, la separación de su segunda mujer y un accidente de coche que le dejó paralizada la mano con la que pintaba. Se suicidó en 1948.