Paisaje fluvial con transbordador y cabañas
Desde la orilla de un río que se abre de izquierda a derecha, unos grandes árboles extienden sus ramas sobre la tranquila superficie del agua. En segundo plano, ante una casita con techumbre de bálago, un transbordador cargadísimo de pasajeros y animales se aleja de la orilla. Más allá se perciben las siluetas de unos pescadores faenando que se recortan en la sombra, mientras aguas abajo la falta de viento mantiene a unos barcos de vela fondeando ante un molino. El cielo nublado, con sus manchas de azul, hace que resalten los tonos ocres de la tierra y el río en la parte inferior del cuadro; y las oscuras aguas llenan todo el primer plano, con lo que el espectador se siente integrado en el paisaje y se crea la ilusión de relieve espacial en la distancia.
Jan van Goyen pintó escenas fluviales durante toda su vida y sus cuadernos de apuntes ponen de manifiesto que tenía la costumbre de dibujar al aire libre y del natural, desde las embarcaciones que surcaban las innumerables vías de agua holandesas. Siguiendo el ejemplo de su maestro, Isaias van de Velde, Van Goyen empezó a pintar vistas fluviales con transbordadores abarrotados de gente al menos a partir de 1627-1628. Hacia 1629 ya había aplicado a estas escenas la composición en diagonal y la restringida paleta «tonal», por las que se hicieron famosos él y Salomon van Ruysdael. Durante los primeros años de la década de 1630 siguió tratando este tema, y, por ejemplo, fechó al menos una docena de paisajes fluviales en el mismo año que este cuadro. Al mismo tiempo, Van Goyen experimentó con composiciones más grandes y ejecutadas más libremente. Otros tres paisajes fluviales de 1634 están pintados en lienzos de más de cien centímetros de ancho. Hay pruebas de que ese mismo año Van Goyen estuvo trabajando en Haarlem, en el taller del artista Isaack van Ruisdael (1599-1677), hermano de Salomon van Ruysdael y padre de Jacob van Ruisdael. Resulta innegable el parecido de la obra que aquí comentamos y de otras vistas fluviales de la misma época con el arte de madurez de Salomon; la composición en diagonal, con los frondosos árboles que se alzan sobre las aguas, el cielo altísimo y la inclusión del transbordador y otras embarcaciones para delimitar y acentuar los espacios, son recursos que aparecen en las obras de ambos artistas y que confirman una influencia mutua y recíproca.
Peter C. Sutton