La Anunciación
Esta Anunciación reproduce, en pequeño formato, la tela con el mismo tema conservada en el Museo Nacional del Prado que formó parte del retablo del colegio de doña María de Aragón. La decoración de este importante conjunto, cuya iglesia se consagró en 1599, estaba concluida en julio de 1600, cuando se contrató a un carretero para trasladar desde el taller del Greco, en Toledo, hasta Madrid todos los componentes del altar y la persona encargada del montaje. El conjunto, uno de los más espectaculares del pintor, fue diseñado con dos cuerpos. Según parece, el piso inferior lo presidía la Anunciación, flanqueada a la izquierda por La Adoración de los pastores (Muzeul National de Artã al Românei de Bucarest) y, a la derecha, por El Bautismo de Cristo (Museo del Prado). La Crucifixión centraba el segundo cuerpo y tenía a su izquierda La Resurrección y a su derecha el Pentecostés (las tres pinturas pertenecen al Museo del Prado). La concepción del retablo marcó un nuevo paso en la evolución del pintor, que abandonó los postulados naturalistas y tiñó sus telas con una visión subjetiva donde la forma se funde con el mensaje doctrinal que encierran.
La Anunciación del Museo Thyssen-Bornemisza procede de la colección Pascual de Barcelona, entró en Villa Favorita en 1954 y sobre ella, Wethey comentó que «el brillo y la frescura del colorido de este boceto no tienen paralelo excepto en la composición definitiva». El Greco ha organizado el espacio en dos mitades que se corresponden con el mundo real y con el sobrenatural. Del real apenas quedan alusiones palpables, sólo el pupitre y algunos atributos marianos como el cestillo de labor y el velo del templo. El espacio y las referencias a la estancia donde tiene lugar el acontecimiento han desaparecido, y el aire que envuelve a las dos figuras se impregna de una atmósfera irreal. El pintor ha elegido el instante en que María acepta el mensaje del ángel que, en señal de veneración, cruza sobre el pecho sus brazos. La zona superior se ocupa con un rompimiento de gloria donde un coro de ángeles músicos con instrumentos sigue las instrucciones del director que marca el compás con la mano, mientras que con la otra sostiene la partitura. El Greco une estos dos mundos, el terrenal y el celeste, con un haz descendente de luz de cabezas de querubines por donde baja la paloma del Espíritu Santo. La carga emocional de la tela se incrementa con el colorido, con sus contrastes y con el toque de pincel.
De los lienzos del retablo del colegio de doña María de Aragón se conocen otras reducciones. Concretamente del tema central del retablo existe, en pequeño formato, otra versión en el Museo de Bellas Artes de Bilbao. En la Galleria Nazionale de Arte Antica, en Roma, se conservan los óleos también reducidos de La Adoración de los pastores y del Bautismo de Cristo; en el Art Museum of Saint Louis, en Missouri, el de La Resurrección; y en una colección privada, el del Pentecostés. Pérez Sánchez, sobre esta pintura del Museo, comentó que su «alta calidad [...] obliga a pensar en boceto o modello enteramente autógrafo».
Mar Borobia