Plano tatliniano
El trauma vivido en la guerra convirtió a George Grosz en un misántropo, pero también en un pintor comprometido ideológicamente, en un agitador que usaba el arte como arma, por lo que cuando comenzó a germinar la vertiente berlinesa del movimiento dadaísta se alistó incondicionalmente. El dadá berlinés estaba más determinado por los acontecimientos políticos que en ningún otro lugar y paulatinamente agudizó sus posturas radicales. Grosz, John Heartfield y su hermano Wieland Herzfelde se reunían en el Café des Westerns en torno a Richard Huelsenbeck, quien, tras haber formado parte en 1916 del grupo dadaísta de Zurich, había vuelto a Berlín con la idea de continuar ahí su proyecto. Grosz se unió también a ellos cuando en 1919 se afiliaron en bloque al recién creado partido comunista alemán (aunque fue posteriormente perdiendo su fe en esta ideología) y participó activamente en la Primera Feria Internacional Dadá, organizada a finales de junio de 1920 en la pequeña galería de Berlín perteneciente al coleccionista y marchante Otto Burchard.
Este collage de Grosz, que fue expuesto en la mítica Feria con el título de Tatlinistischer Plan, en referencia a Tatlin, reúne una serie de imágenes inconexas en un espacio geométrico deudor de los espacios urbanos de la pintura metafísica. El desnudo con sombrero del primer término, que representa una prostituta, tiene relación con la figura femenina de otro collage contemporáneo: Daum se casa con su pedante autómata George en mayo de 1920. John Heartfield se pone muy contento, un doble retrato de Grosz junto su mujer Eva. A esta potente imagen se unen varios collages, como la cabeza de un hombre con barba, una actriz de cabaret o un pórtico arquitectónico. Como ha señalado Valeriano Bozal, con todos estos fragmentos Grosz nos ofrece «un panorama trágico poblado por protagonistas de la más variada condición, en el que todos poseen un rasgo común: su cotidianidad».
Paloma Alarcó