Juan van der Hamen y León
Madrid, 1596-1631
Nacido en Madrid en 1596, Juan van der Hamen perteneció a una noble y adinerada familia, descendiente de un antiguo linaje de nobles y militares flamencos, que durante generaciones habían servido en la corte de los Habsburgo. Al igual que su padre y su abuelo, fue miembro de la Guardia de Archeros, cuerpo de élite que desde tiempos de Carlos I tenía la misión honorífica de proteger al rey. De su formación artística no tenemos datos, salvo que tuvo lugar en Madrid. En 1615 contrajo matrimonio con Eugenia Herrera, miembro de una familia de escultores y pintores, y cuatro años más tarde recibió su primer encargo para la corte real.
Fue un pintor afamado dentro de los círculos cortesanos y nobles, y tuvo un activo papel dentro de la vida cultural madrileña, llegando a escribir versos dedicados a la relación entre poesía y pintura. Grandes figuras de las letras españolas, como Lope de Vega, Góngora y Juan Pérez de Montalbán, se refirieron a él, alabando su habilidad para recrear la realidad. Juan van der Hamen se dedicó a la pintura religiosa, al retrato y a las naturalezas muertas, siendo estas últimas sus composiciones más apreciadas y conocidas.
Sus primeros bodegones, de influencia flamenca, muestran ya muchas de las características de su estilo, como la precisión técnica, las composiciones diáfanas y el uso de un foco de luz dirigida, que crea zonas de fuertes sombras. Van der Hamen presentaba sus modelos simétricamente, preocupándose por la consecución de las distintas calidades. A partir de 1626 introdujo en su repertorio los bodegones asimétricos, creando grupos que compensaba con repisas a distinto nivel y en diferentes planos, logrando con ello una mayor riqueza espacial. En su estilo más característico se aprecia su admiración por la obra del pintor de la generación anterior: Sánchez Cotán. Juan van der Hamen fue el mejor representante de bodegones con flores del foco madrileño en la década de 1620, así como el propulsor en España del tema de las guirnaldas de flores enmarcando imágenes religiosas o paisajes.
Fue un pintor afamado dentro de los círculos cortesanos y nobles, y tuvo un activo papel dentro de la vida cultural madrileña, llegando a escribir versos dedicados a la relación entre poesía y pintura. Grandes figuras de las letras españolas, como Lope de Vega, Góngora y Juan Pérez de Montalbán, se refirieron a él, alabando su habilidad para recrear la realidad. Juan van der Hamen se dedicó a la pintura religiosa, al retrato y a las naturalezas muertas, siendo estas últimas sus composiciones más apreciadas y conocidas.
Sus primeros bodegones, de influencia flamenca, muestran ya muchas de las características de su estilo, como la precisión técnica, las composiciones diáfanas y el uso de un foco de luz dirigida, que crea zonas de fuertes sombras. Van der Hamen presentaba sus modelos simétricamente, preocupándose por la consecución de las distintas calidades. A partir de 1626 introdujo en su repertorio los bodegones asimétricos, creando grupos que compensaba con repisas a distinto nivel y en diferentes planos, logrando con ello una mayor riqueza espacial. En su estilo más característico se aprecia su admiración por la obra del pintor de la generación anterior: Sánchez Cotán. Juan van der Hamen fue el mejor representante de bodegones con flores del foco madrileño en la década de 1620, así como el propulsor en España del tema de las guirnaldas de flores enmarcando imágenes religiosas o paisajes.