El desayuno francés
En junio de 1910, con sus finanzas personales muy mejoradas con el producto de la venta de cuatro cuadros en mayo, Childe Hassam pudo emprender su cuarto viaje a Europa. Con su esposa Maude recorrió Inglaterra, los Países Bajos y Bélgica, llegando a París la segunda semana de julio. La ciudad, escribió el artista a su amigo J. Alden Weir, era «un gigantesco Coney Island, ruidoso, sucio». Los Hassam se instalaron en el Hôtel de l'Empire, un hotel de treinta habitaciones de precio moderado frecuentado por una clientela americana, situado en el n.º 7 de la Rue Daunou en el elegante distrito limitado al sur por la Place Vendôme y al norte por la Place de l'Opéra. Durante su estancia de tres semanas en la ciudad, Hassam pintó al menos tres lienzos: El desayuno francés, Catorce de julio en la Rue Daunou (Nueva York, Metropolitan Museum of Art) y El escritorio (colección particular).
El desayuno francés representa a Maude recibiendo el petit o premier déjeuner, que se servía normalmente en la habitación a las ocho de la mañana. Las formas en azul y blanco del interior, junto con la cama, la figura y el servicio de desayuno, reflejan algunos de los tonos rojos, más profundos, del toldo exterior que, a su vez, contrastan con la agitada textura de un vívido verde-anaranjado del papel de la pared. A la izquierda, un espejo con un pesado marco dorado refleja la puerta de la pared de enfrente, revelando que la habitación es en realidad muy pequeña. En primer plano aparecen la ropa de cama, echada descuidadamente sobre una silla, y, en el suelo, un par de zapatillas de un brillante rojo anaranjado y un par de zapatos negros de vestir.
El ambiente lánguido, así como la rica textura del diseño de los tejidos, han sugerido a los especialistas el arte Rococó francés y los cuadros de exuberante configuración de Vuillard y Bonnard. Ya que el viaje de Hassam a Europa había sido «emprendido con el fin de poder volver a ver las obras maestras de la pintura, y formarse una opinión definitiva sobre las mismas y sobre el progreso de la pintura a través de todos sus períodos», tal vez no esté desencaminado suponer que El matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck, 1434 (Londres, National Gallery), que Hassam habría visto sin duda un mes antes, contribuyera también a la gestación de El desayuno francés. Si el lienzo de Hassam, pintado no mucho después de su vigésimo quinto aniversario de boda, carece de las solemnes y dominantes figuras de El matrimonio Arnolfini, ambas pinturas comparten un espacio fuertemente restringido, con planos en aguda pendiente en suelo y techo, cuyo esquema no es habitual en Hassam. Ambos presentan también una cama con dosel carmesí, así como un espejo que refleja la pared opuesta; pero son las zapatillas y los zapatos enfáticamente dispuestos en el cuadro de Hassam, lo que parece casi parodiar los zapatos rojos vacíos y los zuecos blancos de madera de la obra maestra de Van Eyck.
El desayuno francés de Hassam está emparentado con varios cuadros de artistas impresionistas americanos, que retratan escenas de amables cenas o meriendas compartidas, incluyendo Una taza de té (c. 1880) de Mary Cassatt (Boston, MA, Museum of Fine Arts), El cuarto de desayuno (c. 1903) de Edmund C. Tarbell (Philadelphia, PA, The Pennsylvania Academy of The Fine Arts), y Hojas de té (1909) de William McGregor Paxton (Nueva York, Metropolitan Museum of Art). El propio Hassam, probablemente tras abandonar París y trasladarse a la Côte du Nord, pintó El juego de té de terracota, 1910 (Chattanooga, TN, Hunter Museum of Art), en el que su tema de El desayuno francés se traslada al aire libre.
Este lienzo pudo haber sido expuesto en Boston en 1914 como En el desayuno, París, y la pintura expuesta en 1916 en Rochester, Nueva York, y en 1917 en Chicago y San Luis.
Kenneth W. Maddox