Cabeza
August Herbin, vecino durante un tiempo de Pablo Picasso y de Juan Gris en el Bateau-Lavoir, en Montmartre, fue uno de los artistas próximos al cubismo desde su creación. Expuso sus obras en el Salon de la Section d’Or de 1912, junto a Jacques Villon, Metzinger, Gleizes y Léger, e incluso trabajó en Céret en 1913, como hicieron Picasso y Gris. Herbin no fue llamado a filas cuando estalló la Gran Guerra, por lo que durante esos años continuó trabajando en París y, en 1918, sus obras fueron presentadas por Léonce Rosenberg en la Galerie l’Effort Moderne para demostrar que el cubismo seguía vivo después del Armisticio. A partir de entonces Herbin formó parte del grupo en torno a Léonce Rosenberg, quien se convirtió en el marchante de los cubistas tras el embargo de los bienes de Kahnweiler, el cierre de su galería de la rue Vignon y su consiguiente exilio por ser súbdito alemán.
Esta Cabeza de la colección del Museo Thyssen-Bornemisza está fechada en enero de 1918, cuando el cubismo de Herbin había evolucionado hacia unas composiciones muy geométricas, configuradas a base de planos principalmente verticales. La composición, como ocurría en sus bodegones de ese periodo, es similar a los esquemas figurativos simplificados con los que Picasso trabajó en Céret en 1913, al tiempo que su colorido brillante está cercano a la paleta empleada por Gris a principios de 1918. La combinación de las diversas formas planas, superpuestas, nos permiten una doble lectura, ya que puede tratarse tanto de una cabeza con un solo ojo como de una naturaleza muerta.
Paloma Alarcó