Rincón de una biblioteca
1711
Óleo sobre lienzo.
77 x 63,5 cm
Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid
Nº INV.
186
(1981.40
)
Sala 25
Planta segunda
Colección permanente
En este lienzo figuraba una inscripción en el pedestal del candelabro, hoy perdida en parte y repintada, que decía: «J v d Heyden oud 74 Jaar», es decir, «J v d Heyden de 74 años». Esta información nos ha llegado a través de un comentario que hizo Smith, en 1834, y que ha servido para datar la tela en 1711, justo un año antes de la muerte del pintor. Además de las vistas y los paisajes que Van der Heyden pintó, existe un número reducido de pinturas de interiores. El primer cuadro que se conoce con este tema es de 1664, justo al principio de su carrera como pintor que se inició precisamente en esta década. Gaskell menciona un grupo de tres lienzos ejecutados en los últimos años de su vida en los que trata este mismo asunto: uno en la Norton Simon Foundation, Pasadena, otro en Szépmüvészeti Múzeum de Budapest y el tercero, considerado por algunos especialistas una copia del cuadro objeto de este comentario, en el Museo de Historia de la Religión en San Petersburgo.
Este lienzo recoge un interior cuyo fondo se ha articulado con un muro, liso y limpio, y con una librería en cuyos estantes, perfectamente alineados y ordenados, se instalan los ejemplares. La librería se ha diseñado para poder acceder fácilmente a los últimos entrepaños, donde se apilan los volúmenes de mayor formato y a la que se ha añadido el significativo detalle de la cortina para proteger los tomos del polvo y de la luz. El lateral de este mueble se aprovecha para apoyar lo que parecen unos mapas enrollados junto con una lanza de tipo oriental que hace juego, por su procedencia, con otros elementos de la biblioteca. Los primeros términos se aprovechan para presentar de frente una mesa de trabajo, cubierta con un rico tapete chino, y sobre la que encontramos un globo terrestre y otro celeste, una esfera armilar y un atlas. El mobiliario se completa con tres sillas, una de ellas con un bastón y un candelabro que ocupa el plano más próximo al espectador. Van der Heyden juega con una paleta de pocos colores para construir su interior, que casi se reduce a una gama de ocres y pardos que alegra con las intensas manchas rojas que ha elegido precisamente para las telas. La minuciosidad y el detalle con el que se trabajan los objetos en sus pinturas se aprecian aquí en el cuidado dibujo con el que ha realizado los libros, en la calidad del tapete de seda chino, cuyas flores y estampado ha perfilado con esmero, y en las reproducciones del atlas y de los globos.
Se ha sugerido que este interior podría estar en conexión con el entorno del pintor, ya que a la muerte de la esposa del artista, Sara ter Hiel, con la que contrajo matrimonio en Utrecht el 26 de junio de 1661 y que falleció el mismo año que su esposo, el inventario de sus bienes arrojó un elevado número de documentos y de libros. Aunque en el lienzo se han intentado buscar segundas lecturas, Wagner sólo vio en él un lugar de trabajo, tesis a la que se sumó Gaskell, que llamó la atención sobre la vela consumida por las horas de estudio.
Mar Borobia
Este lienzo recoge un interior cuyo fondo se ha articulado con un muro, liso y limpio, y con una librería en cuyos estantes, perfectamente alineados y ordenados, se instalan los ejemplares. La librería se ha diseñado para poder acceder fácilmente a los últimos entrepaños, donde se apilan los volúmenes de mayor formato y a la que se ha añadido el significativo detalle de la cortina para proteger los tomos del polvo y de la luz. El lateral de este mueble se aprovecha para apoyar lo que parecen unos mapas enrollados junto con una lanza de tipo oriental que hace juego, por su procedencia, con otros elementos de la biblioteca. Los primeros términos se aprovechan para presentar de frente una mesa de trabajo, cubierta con un rico tapete chino, y sobre la que encontramos un globo terrestre y otro celeste, una esfera armilar y un atlas. El mobiliario se completa con tres sillas, una de ellas con un bastón y un candelabro que ocupa el plano más próximo al espectador. Van der Heyden juega con una paleta de pocos colores para construir su interior, que casi se reduce a una gama de ocres y pardos que alegra con las intensas manchas rojas que ha elegido precisamente para las telas. La minuciosidad y el detalle con el que se trabajan los objetos en sus pinturas se aprecian aquí en el cuidado dibujo con el que ha realizado los libros, en la calidad del tapete de seda chino, cuyas flores y estampado ha perfilado con esmero, y en las reproducciones del atlas y de los globos.
Se ha sugerido que este interior podría estar en conexión con el entorno del pintor, ya que a la muerte de la esposa del artista, Sara ter Hiel, con la que contrajo matrimonio en Utrecht el 26 de junio de 1661 y que falleció el mismo año que su esposo, el inventario de sus bienes arrojó un elevado número de documentos y de libros. Aunque en el lienzo se han intentado buscar segundas lecturas, Wagner sólo vio en él un lugar de trabajo, tesis a la que se sumó Gaskell, que llamó la atención sobre la vela consumida por las horas de estudio.
Mar Borobia