En memoria de Cecchino Bracci
Francesco (Cecchino) Bracci, sobrino de Luigi del Riccio, fue un joven de enorme belleza estrechamente ligado a Miguel Ángel. Al morir, con tan sólo quince años, en enero de 1544, su familia encargó al artista el diseño de su tumba en Santa Maria in Aracoeli, en Roma, y la redacción de una serie de epitafios. David Hockney pintó En memoria de Cecchino Bracci en Londres en el otoño de 1962. Representa al joven en el interior de su ataúd, envuelto en un sudario, con los brazos cruzados sobre el pecho y con un incongruente sombrero hongo, quizás un toque excéntrico de humor e ironía. Sobre su cuerpo, una corona de laurel que rodea la palabra «cecchino» y, en la parte inferior derecha, en letras menudas, aparecen escritos los primeros versos de uno de los epigramas funerarios de Miguel Ángel en los que exaltaba la belleza del joven: «If buried here those beautiful eyes are closed / forever. This is now my requiem: / They were alive and no one noticed them. / Now everybody weeps them dead and lost».
David Hockney, compañero de Kitaj en el Royal College of Art de Londres y uno de los protagonistas del pop británico hasta que se trasladó a vivir a Los Ángeles en 1964, nos muestra en esta pintura la versatilidad de su arte. Las piernas, las manos y la cabeza del joven están representadas con un estilo expresionista, mientras que la corona de laurel ha sido pintada de forma naturalista con el virtuosismo técnico que definirá gran parte de la obra del pintor. A estos elementos figurativos, Hockney añade en la parte central de la composición diversas pinceladas abstractas alineadas en color blanco, ocre y negro. Además, para establecer un juego de equívocos entre la realidad y la imagen pintada, el lienzo reproduce la forma de un féretro con la idea, según sus palabras, de «evitar el concepto de espacio ilusionista y pintar alegremente en un estilo plano».
Paloma Alarcó