Paisaje con aves de corral
Melchior de Hondecoeter, especialista en pájaros y aves, inició su formación bajo la tutela de su padre, Gijsbert, que como su abuelo Gillis había cultivado la pintura de animales. Melchior continuó su aprendizaje con su tío, el célebre Jan Baptist Weenix, cuya técnica y colorido se percibirá en sus composiciones. Hondecoeter, buen observador, llevó a sus lienzos, como tema principal, las aves, domésticas o silvestres, que trató con precisión en la reproducción de su plumaje y cuyos matices y calidades le valieron gran fama. Su maestría en el dominio de este género se aprecia en los estudios precisos que hizo de sus movimientos: andares, giros, peleas, forma de comer, de escarbar o simplemente inmóviles, posando con un fondo de paisaje. Este tipo de pintura fue muy apreciada en su momento y se destinó a la decoración de las mansiones burguesas y señoriales en el campo. Entre las personalidades que solicitaron los servicios de Hondecoeter se encuentra el estatúder Guillermo III, quien encargó al pintor para su pabellón de caza el lienzo conservado en el Rijksmuseum de Amsterdam, Pelícano y otros pájaros cerca de una balsa.
En este lienzo, tres gallinas y un gallo hacen frente a una rapaz que se ha colado en el corral. Este tema fue un motivo recurrente en la producción de Hondecoerter, que lo utilizó para romper la tranquilidad de los animales e introducir una nota de tensión que le permitía reproducir las reacciones de las aves. Hondecoeter suele componer presentando en el centro un conjunto significativo de animales junto a otros que introduce por los lados del lienzo y que aparecen cortados ante el espectador. En la puesta en escena emplea muros, vallas u otros elementos constructivos, como sillares o piedras, con los que se levanta una pared donde apoya el motivo que compensa al otro lado y al fondo con un paisaje. Este tipo de composición, típica de la década de 1660, se inspira en el pintor flamenco Frans Snyders.
La producción de Melchior de Hondecoeter es extensa y difícil de datar debido a la escasa obra que dejó fechada y a las numerosas repeticiones y variaciones que el pintor hizo de los motivos de sus óleos. De esta composición se conocen dos copias, una réplica y dos variantes de la composición.
La pintura estuvo en Gran Bretaña a principios del siglo XX, cuando perteneció a la colección del barón Belper. Subastada en dos ocasiones en Londres, en Christie’s, una en 1919 y otra en 1930, fue adquirida en esa fecha por la casa Fleischmann de Múnich. Esta galería fue el lugar donde Heinrich Thyssen-Bornemisza adquirió la obra, que participó en la exposición de la Neue Pinakothek.
Mar Borobia