Interior con dos mujeres y un hombre bebiendo y comiendo ostras
En un lujoso interior de luz tamizada, dos damas sentadas a una mesa cubierta con una alfombra oriental comparten la bebida y un plato de ostras con un caballero que, de pie, prepara uno de estos deliciosos bocados. La mujer de la derecha levanta con una mano la tapa de una jarra de peltre, mientras con la otra sostiene una copa alargada. La naranja colocada sobre la mesa aporta una brillante nota de color. En el fondo se ve un cuadro de formato vertical con marco negro y una puerta cerrada; el techo aparece decorado con molduras dentadas.
Este cuadro, exponente del último estilo de Pieter de Hooch, es típico de las elegantes y muy convencionales escenas costumbristas que el artista ejecutó al final de su carrera en Amsterdam. Sólo dos obras del pintor están fechadas posteriormente a ésta. Durante esta etapa sus personajes tienen unos ademanes más contenidos y angulosos. La tonalidad se hace aún más oscura y la paleta se inclina por colores opulentos -los oros y platas y un vivo naranja rojizo-. Mientras que algunos de los últimos cuadros revelan ciertas desalentadoras mermas en la calidad, en particular en lo referente al dibujo, ésta es una de las composiciones tardías más logradas del pintor. Puesto que no existen pruebas de que De Hooch consiguiera enriquecerse con su oficio de pintor -pues al parecer vivió muy modestamente durante toda su carrera-, este cuadro, al igual que otros de temas elegantes, probablemente represente una escena inventada, muy alejada de su experiencia personal. Se trata de un ideal de ocio privilegiado, representado adrede para llamar la atención de un público acomodado y comprador de obras de arte, que imitaba a los franceses en sus costumbres y gustos. En 1681, cuando se pintó este cuadro, el mercado del arte ya se había recuperado parcialmente de la crisis que sufriera cuando las tropas de Luis XIV invadieron los Países Bajos en 1672, pero no existen pruebas de que De Hooch se beneficiara de este nuevo despunte. Más bien podría decirse que sus últimas y aristocráticas escenas son un conmovedor contrapunto de su propio y triste final.
El tema del banquete de ostras se hizo popular entre los pintores costumbristas holandeses, y fue abordado reiteradamente entre otros por Dirck Hals, Frans van Mieris, Jan Steen y Jacob Ochtervelt. El propio De Hooch ya había incluido este tema anteriormente en una escena de patio fechada en 1677, actualmente en la National Gallery de Londres. Llamadas minnekruyden (hierbas del amor) por el popular poeta holandés Jacob Cats, las ostras se consideraban desde la Antigüedad como manjar no sólo delicioso sino también afrodisíaco.
Peter C. Sutton